Un golpe al Estado

Alteración, pues, grave, de nuestra democracia: un presidente que ejecutará justo lo contrario de lo que prometió en campaña (por tanto, fraude absoluto a los votantes, cuyo sufragio se captó con una mentira alevosa); un presidente que alterará de manera muy radical el Estado de las Autonomías generando desigualdades jurídicas y económicas crecientes; un presidente que pone en duda objetivamente, con su conducta, la autonomía del poder judicial. No sé si es un golpe «de» Estado, pero desde luego es un golpe «al» Estado. Al Estado democrático que a todos pertenece, y que ha sido decidido por el poder que los socialistas han dado, no a los votantes, sino a prófugos y relatores que actúan desde el extranjero. Es la humillación de todo un país.

Lo lógico y democrático para una persona que estuviera comprometida con sus promesas electorales, pero viese que no tenía aritmética para cumplirlas, habría sido ir de nuevo a elecciones, pero en el PSOE la codicia del poder ha primado sobre todos los demás. Por eso están haciendo exactamente lo contrario de lo prometido. Será un Gobierno, por tanto, basado en un fraude explícito. Esto hay que denunciarlo y resistirlo con toda firmeza, siempre desde expresiones pacíficas. Para Cantabria, como parte de España y como región con intereses específicos, son días muy tristes.