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Hoy en día los cántabros, especialmente los más jóvenes, damos por sentada la autonomía de Cantabria. Cantabria goza de autonomía en su condición de comunidad histórica, lo que en la actualidad asumimos como un hecho que no admite duda ni disputa. Sin embargo, la constitución ... de Cantabria como comunidad autónoma fue un logro significativo que no hubiera sido posible sin el incansable esfuerzo de muchos. Muy especialmente, por lo que a mí respecta, de Justo de las Cuevas González; mi padre.
Justo de las Cuevas fue diputado en las Cortes Generales, por la entonces provincia de Santander, en la Legislatura Constituyente (1977-1979) y en la I Legislatura (1979-1982). Como muchos políticos de la Transición, había llegado a la política casi por casualidad. En su caso, como representante de los ganaderos de la región. Durante aquellos años lideró en Cantabria el partido en el gobierno, la Unión de Centro Democrático. Desde su posición, participó en el proceso para construir nuestra (en aquel tiempo) joven democracia. Vivió con orgullo la promulgación de la Constitución Española y el desarrollo del proceso autonómico.
En Cantabria, a pesar de las grandes rivalidades del momento, nuestros representantes políticos tuvieron la inteligencia para dialogar y acordar asuntos esenciales para el bienestar y el futuro de nuestra comunidad. Su capacidad para entenderse y colaborar fue crucial para la aprobación de nuestro Estatuto de Autonomía en 1981, el primero bajo el artículo 143 de la Constitución.
Si bien es cierto que el logro de la autonomía fue colectivo, la participación y la visión de personas como Justo de las Cuevas fue fundamental. No les fue fácil. Sin su compromiso, diálogo y habilidad para vencer resistencias dentro y fuera de Cantabria, posiblemente nuestra comunidad no gozaría del estatus autonómico que tiene hoy.
En sus propias palabras, pronunciadas por mi padre en su defensa del Estatuto ante el pleno del Congreso el 14 de octubre de 1981, «…el Estatuto es un logro de todo el pueblo cántabro. La autonomía es de todos y para todos. He de reconocer también la colaboración y el esfuerzo mutuo de las dos fuerzas políticas mayores en Cantabria…». En otro momento de su intervención afirma: «Han quedado atrás los días en que se ponía en duda por algunos el derecho de Cantabria a acceder a su autonomía; han quedado atrás las incomprensiones, los desvelos, las preocupaciones y la búsqueda de soluciones. Y se ha superado todo. Hoy es un día histórico para mi región y también, por qué no, para España…». El diario de sesiones del Congreso de los Diputados de aquel día, quizá el primero en que se escucharon expresiones hoy normales como 'pueblo cántabro', puede consultarse en la página web del Congreso. Las intervenciones están disponibles también en audio.
Fueron en efecto muchos los desvelos y las incomprensiones. Nuestro proceso autonómico peligró en numerosas ocasiones, tanto aquí como fuera de Cantabria. Justo de las Cuevas, que además de su liderazgo regional encabezaba el potente grupo agrario de Unión de Centro Democrático en el Congreso, fue uno de los artífices para reunir los apoyos necesarios. No estuvo solo y siempre reconoció el mérito de quienes lo acompañaron en esa tarea, tanto compañeros como rivales políticos.
Nuestro estatuto se aprobó cuando estaba aún reciente el intento de golpe de estado del 23 de febrero, que en mi familia vivimos con enorme preocupación. Han pasado 43 años. Una simple anécdota, que en alguna ocasión especial mi padre contaba a su círculo íntimo, ilustra quizá con algo de humor las dificultades que hubo de enfrentar. Cuando mi padre le presentó el proyecto de estatuto, el presidente del Congreso le preguntó: «¿Pero esto lo sabe el presidente?» Se refería al presidente del Gobierno, obviamente, cuya posición contraria a la autonomía uniprovincial de Cantabria era notoria. Mi padre le dijo que sí. Como hombre honesto que era, justificaba su mentira piadosa: «Yo se lo había contado al presidente… del partido». Hay una fotografía de algunos días después en la que mi padre, acompañado de los parlamentarios nacionales y regionales, se dirige al presidente del Gobierno. Éste parece fulminarle con la mirada.
Justo de las Cuevas falleció hace ahora dos años, el 25 de agosto de 2022. Mi padre, un hombre profundamente familiar, fue un trabajador incansable y tuvo una larga vida como empresario y ganadero. Tenía la capacidad de convencer y motivar a las personas que le rodeaban. Se retiró de la política en 1982 y volvió a lo suyo, que era emprender proyectos y construir empresas. Fueron, sin embargo, aquellos breves años al servicio de su pueblo, Bárcena de Pie de Concha, su región, Cantabria, y su país, España, de los que estuvo más orgulloso.
Una condición necesaria es un concepto de lógica, razonamiento y matemáticas. Es un requisito que debe cumplirse para que una situación sea posible. En otras palabras, si la condición necesaria no se cumple, entonces la situación no puede ocurrir. Ahora, por desgracia, estamos diciendo adiós a los miembros de aquella generación. Es justo y merecido un reconocimiento al compromiso de quienes, como mi padre, fueron necesarios en Cantabria para la consecución de la autonomía y, por extensión, para la Transición y los valores que representa.
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