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Todo el mundo quiere ir a alguna parte, le digo a Lucho. Pero no me hace ni caso. Últimamente, lo encuentro un poco ausente. De pronto, sin más ni más, se pone a hablar del Osasuna. Dice que no hay tiempo que perder. Y sí. ' ... No hay tiempo que perder', ese podría ser nuestro lema, le digo. El lema de los 'boomers'. La generación más ambiciosa de la Humanidad. Los que empezaron a neurotizarse en masa, los que inventaron la química emocional y los juguetes sexuales para criaturas solitarias. Después de que la anterior, la llamada generación silenciosa, hubiera comercializado la eliminación por métodos científicos de seres humanos en cadena y la bomba atómica, claro. Si cada generación tiene que superar en ambición y locura a la anterior, que parece que sí, que parece que ese es el tema, se tienen que estar avecinando insospechados espectáculos. Pero a lo que yo iba es a que los 'boomers', o sea, los nacidos entre 1946 y 1964, los que ahora tenemos entre 60 y 75 años, más o menos, somos unos tipos y tipas de cuidado. Cuidado con los 'boomers.' El sesgo del 'boomer' es creer que todos pensamos que aparenta menos edad de la que tiene. Y ¿sabéis por qué? Muy fácil: Porque su corazón aún se siente joven. En fin. A mí me dan mucho miedo estos tipos. Y tipas. Y eso que soy uno de ellos, supongo. Pero no solo somos políticamente arrogantes, sino que, además, el dinero ahora está en nuestros bolsillos. Yo entiendo que el resto de generaciones nos odien. Las que vienen por detrás, quiero decir. Los últimos 'boomers' se están jubilando ya. Pronto lo estaremos todos. Cada uno con su móvil. Buscando alicientes a toda velocidad. No hay tiempo que perder. Qué plaga.

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