El fiasco de los Presupuestos de la pandemia
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El pago de la deuda de Valdecilla y el anticipo de fondos europeos no compensan la decepción en el capítulo de infraestructuras comprometidas por el Estado en el famoso 'papeluco'Secciones
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El pago de la deuda de Valdecilla y el anticipo de fondos europeos no compensan la decepción en el capítulo de infraestructuras comprometidas por el Estado en el famoso 'papeluco'O tro fiasco. Los primeros Presupuestos del Gobierno Sánchez, que iban a ser el primer éxito sustancial de la reivindicación de Cantabria al Estado, el ... pilar esencial del discurso de Revilla, resulta que adjudican a Cantabria un 14% menos de la inversión consignada en las cuentas de Montoro de 2018, luego prorrogadas por el Ejecutivo actual. Una decepción más en una semana demoledora que ha registrado la explosión de los contagios del coronavirus, el toque de queda, el cierre de la movilidad interregional, nuevas restricciones en muy diversos ámbitos y una EPA que consagra una destrucción de empleo desbocada en el último año, hasta configurar un negro panorama que tiene a los ciudadanos sobrecogidos.
Al trascender el contenido de los Presupuestos, el diputado regionalista en el Congreso, José María Mazón, hizo un esfuerzo pedagógico ante sus desanimados compañeros de la cúpula del partido para intentar convencerlos de que, en realidad, las cifras de Cantabria no son tan malas, porque de una manera o de otra llega más dinero que en el pasado ejercicio. Pero, finalmente, al PRC no le ha quedado otro camino que reconocer su desilusión presupuestaria y meterle un poco de presión a Sánchez para que las enmiendas durante el trámite parlamentario mejoren las dotaciones asignadas a Cantabria.
El pago de los 44 millones de la deuda del nuevo Valdecilla, los 40 para mejorar las cercanías ferroviarias y los 70 de anticipo de los fondos europeos son buenas noticias, que sin embargo no pueden ocultar los olvidos o las partidas testimoniales en algunos de los principales capítulos del famoso 'papeluco' que recogía los compromisos del Estado con Cantabria: en la alta velocidad ferroviaria con la Meseta, en el tren rápido a Bilbao, en el proyecto de La Pasiega, en las autopistas y en las carreteras.
La expansión del gasto y del endeudamiento en los Presupuestos de la pandemia permitían conjeturar que el Gobierno Sánchez sería esta vez más generoso. Que podría rescatar algo de dinero de la voracidad de sus aliados independentistas de Cataluña y País Vasco para cubrir un poco mejor las necesidades de las demás regiones. La inyección extra en las infraestructuras, que el Ejecutivo central considera un factor prioritario de cohesión territorial, también debía favorecer a Cantabria en esta materia, pero no ha sido así.
Las reacciones políticas han sido muy elocuentes. Cuando ya habían pasado muchas horas desde que los Presupuestos del Estado estaban disponibles para su consulta, el Ejecutivo de coalición no había emitido señales, lo cual ya era muy mala señal. El presidente Revilla, atareado con las medidas antipandemia, dijo que ni siquiera había tenido tiempo de mirar los datos. Una excusa sospechosa cuando las cuentas del Estado eran el hito principal de su calendario político desde hace mucho tiempo.
Mientras tanto, el PSOE guardaba silencio, tanto el vicepresidente y secretario general Pablo Zuloaga como el diputado nacional Pedro Casares, que siempre es el más diligente mensajero de las atenciones que el Gobierno Sánchez dispensa a Cantabria. Tal vez aguardaban a que Revilla fuese el primero en 'vender' los frutos de la cosecha presupuestaria, pero el presidente cántabro estaba por la contención, no por la euforia. Tampoco el posterior elogio agradecido de Zuloaga fue una explosión de júbilo. El cheque de Sánchez no da para tanto.
Cuando la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, salió a cumplir con su tarea de defender los Presupuestos, la oposición ya los había descalificado de arriba abajo. Con más dureza el PP, con su argumento básico de que Sánchez ha vuelto a engañar a Revilla, por lo que el PRC no debe mantener ni un minuto más su apoyo a Sánchez en el Congreso y su alianza con el PSOE cántabro. Eso no es fácil, claro. Para empezar, cómo negarle el solitario voto de Mazón a los Presupuestos de un Gobierno que será el que decida después los fondos europeos que llegan a Cantabria.
Más comedido se mostró Ciudadanos, en la idea de que la decepción presupuestaria de Cantabria sólo puede paliarse con las enmiendas que el partido naranja defenderá en el Congreso.
En esta coyuntura se aproxima la negociación de los Presupuestos de Cantabria, que el Consejo de Gobierno aprobará esta semana con la cifra global y el techo de gasto más altos de su historia, merced a la alegría económica de la Administración del Estado en este periodo especial del combate frente a la pandemia.
El presidente Revilla ha insistido una y otra vez en que busca el consenso político más amplio posible, de ahí la congelación de los impuestos que ofrece como gesto de buena voluntad a la oposición. El PP se muestra a la expectativa, pero ya se sabe que los populares están más abiertos al acuerdo si Revilla rompe con los socialistas. Ciudadanos siempre está más dispuesto al pacto, aquí y allá, con unos y con otros, si eso les procura una cierta presencia política en estos tiempos tan difíciles para el partido.
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