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Los principales partidos cántabros repiten los candidatos autonómicos de 2019 en este 28M, con la sola excepción de Vox, que estrena a Leticia Díaz en el cartel y relega al candidato de hace cuatro años, Cristóbal Palacio, al número dos, pero esta vez será ... un final de ciclo para los que salgan peor parados del desafío de las urnas.
Miguel Ángel Revilla logró en 2019 un gran triunfo con récords de votos y escaños, y la vitola de candidato más votado en más de 80 ayuntamientos, entre ellos los 15 más poblados. Era la ocasión para un retiro a lo grande después de tan larga y meritoria carrera, con un relevo en el PRC engrasado desde el poder a lo largo de la legislatura, pero no hubo tal. La pandemia era una coartada para seguir, el PRC necesitaba a su gran líder y la política es la vida para Revilla. Ahora tiene que ganar, o por lo menos gobernar, en una situación de mayor desgaste vital y con sonoros escándalos en las vísperas electorales. Si no es así, se hace difícil verle cuatro años más como jefe de la oposición. Tocaría la despedida, pero todavía hay quien le ve de candidato en las generales de fin de año.
María José Sáenz de Buruaga fue injustamente tratada por la cúpula nacional de su partido hace cuatro años cuando fue la candidata de emergencia tras el fiasco de Ruth Beitia y el desastre fue inevitable en un mal momento de las siglas. Ahora Buruaga concurre con su liderazgo reforzado en un congreso, con el partido en calma y optimista, con el respeto de Feijóo y con el viento de cola. Pero no le vale con el triunfo que le otorgan todos los sondeos, además tiene que recuperar el poder. Es la última oportunidad, aunque si no sale bien pudiera ser que, también en su caso, los comicios legislativos de diciembre condicionen los procesos internos del partido.
En el PSOE de Pablo Zuloaga, ya se sabe que operan otros registros, los de un partido subordinado al PRC para alojarse en el poder. Sumar de nuevo con el socio, eso es lo que cuenta, más que un escaño arriba o abajo. Si toca dormir a la intemperie, en el Parlamento y en muchos ayuntamientos importantes, los partidarios se van a enfriar en sus afectos y los críticos saldrán de nuevo a pelear en campo abierto.
Para Vox, con Leticia Díaz y Emilio del Valle al mando, y para Unidas Podemos, que ahora juntos repiten con la podemita Mónica Rodero, acarician la posibilidad de manejar la llave de la gobernabilidad por la derecha o por la izquierda, pero el futuro es incierto y quizá tomentoso, a la vista del ruido interno en los últimos meses en las dos formaciones, Y en Ciudadanos, Félix Álvarez cumple con el optimismo forzoso de todo candidato pero se advierte en él la paz interior, o la resignación, de quien sabe que ha llegado al final del camino.
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