El expolio a los cántabros
Foramontanos siglo XXI
Viernes, 16 de agosto 2024, 07:36
Secciones
Servicios
Destacamos
Foramontanos siglo XXI
Viernes, 16 de agosto 2024, 07:36
El presidente del gobierno y secretario general del socialismo español ha logrado un éxito importante al conseguir que Salvador Illa fuera elegido presidente del gobierno ... autonómico de Cataluña. El precio de ese nombramiento lo pagaremos el resto de los españoles, los cántabros de forma singular. La cesión de la recaudación fiscal a la administración catalana supone la ruptura de la caja común de todos los españoles y con ello se liquida la solidaridad entre quienes vivimos en España. De facto, es una reforma de la Constitución realizada sin que la mayor parte de los afectados tenga ni voz ni voto. Sin aplicar los mecanismos que el propio texto de la Carta Magna prevé para su reforma.
Este nuevo paso en la transformación de la arquitectura de la nación afecta de manera directa a Cantabria, una región que, por su tamaño y el abandono durante muchos años por parte del gobierno central, padece un déficit severo en sus infraestructuras y afronta el presente con una población envejecida y con una tasa de desarrollo menor a la media española.
No se debe ocultar que tras el paso dado por el partido socialista, el horizonte apunta –lo dice el propio Salvador Illa con claridad– a una España federal, completamente distinta al estado de las autonomías.
Los dos primeros informes conocidos sobre el impacto que supondrá la independencia fiscal de Cataluña indican que Cantabria perderá 600 millones de euros, una cifra que desequilibra de forma gravísima las cuentas autonómicas. Los informes han sido realizados por organismos independientes y de consolidado prestigio: El primero por la Universidad de Cantabria (UC) y el segundo por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA).
Para la asociación Foramontanos Siglo XXI la aprobación en el parlamento español del acuerdo entre socialistas y republicanos supondría un serio quebranto para los cántabros y reduciría sustancialmente las posibilidades de una equiparación en dotaciones y servicios con la media española. Por esta razón, consideramos que se deben aplicar todos los mecanismos democráticos para impedir que se consume ese acuerdo.
El discurso de Salvador Illa en su toma de posesión no apunta hacia un país en el que la igualdad entre todos los españoles sea la norma, sino mas bien a un federalismo asimétrico, con privilegios para las regiones con fuerte presencia de movimientos independentistas. Con esta forma de gobernar queda en evidencia que se premia la deslealtad constitucional y la insolidaridad, mientras se castiga el acatamiento de la Constitución y la tarea en pro de la igualdad.
La dispersión agosteña o la abulia de una parte de la sociedad cántabra ha producido un silencio sobre este problema roto tan sólo por un anuncio del gobierno regional de llevar el asunto a los tribunales y de dos o tres opiniones críticas con el acuerdo publicadas en estas páginas de El Diario Montañés. Las instituciones profesionales, sindicales, académicas, económicas, etc. no se han manifestado. Tal parece que el privilegio catalán, a costa de fondos para Cantabria, no preocupe ni merezca una pausa en el calor del verano.
Desde el PSOE se construye un relato para explicar los inexplicable: La entrega de la llave de la caja común al gobierno catalán es buena para todo y además pone fin al «procés».
No es preciso utilizar una potente batería de argumentos para rebatir ese aserto: Se entrega ahora, a cambio de la investidura de Illa, algo que hasta hace unas semanas era imposible porque suponía la ruptura de la solidaridad entre todos los españoles. Respecto a la afirmación del final del «procés» basta con escuchar las palabras de Illa, ya como presidente del gobierno catalán: Sólo utilizó la lengua catalana y admitió una gran parte del ideario independentista.
Los cántabros elegimos en los comicios celebrados hace un año cinco diputados, dos para el PP, dos para el PSOE y uno para Vox. Los cinco deben ser fieles a sus votantes y rechazar la ley que consagra la desigualdad y el privilegio. Por encima de los partidos está el interés y los derechos de los electores.
Ante una decisión tan trascendente, los dirigentes políticos deberían consultar a sus bases para posicionarse del lado correcto, es decir, votar en consonancia con lo que quieran sus bases. Los diputados no tienen mandato imperativo y por ello se encuentran en plena libertad para aprobar, o no, el privilegio catalán. El futuro de Cantabria se juega, en buena medida, en que se consolide la desigualdad y se profundice en la marginación de esta comunidad autónoma.
Firman este artículo los siguientes socios de Foramontanos Siglo XXI: Calixto Alonso; Ramiro Bedia; Daniel Casanova; Lucía Casanueva; Carlos Casanueva; Manuel Ángel Castañeda; Alberto Cuartas; Francisco Díez; Javier Domenech; Antonio Eraso; Tomás Ramón Fernández; Carlos Fernández-Lerga; José García-Morales; Eduardo González-Mesones; Juan Manuel Hoyos; Mercedes Ortega; Juan Manuel Pérez de Guzmán; Ramón Pérez-Maura; Gervasio Portilla; Rafael Puyol; Julio Rama; Pedro Rivero; Carlos J. Rodríguez; Eduardo Rodríguez Rovira; Ignacio Rosales; Marisol Ugarte; Juan Ramón Vega y Eduardo Zúñiga.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.