Una política familiar para España y Cantabria
El país ha pasado de 670.000/660.000 nacimientos en la etapa del baby boom a menos de 330.000 en la actualidad
Foramontanos Siglo XXI *
Martes, 4 de febrero 2025, 07:18
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Una política de ayuda familiar es un conjunto de medidas adoptadas por una administración con el fin de ayudar a las parejas a tener hijos, alimentarlos, cuidarlos y educarlos hasta una cierta edad. Se trata de un instrumento que junto la atención a la salud ... y el pago de las pensiones forma parte del abanico de acciones del estado de bienestar.
Defiendo la necesidad imperiosa de una política de esta naturaleza para España y sus comunidades, especialmente para aquellas que como Cantabria han llegado a una situación insostenible. El hilo argumental de mi propuesta tiene un triple objetivo. Primero poner de manifiesto por qué esta necesidad resulta imperiosa. Segundo explicitar las condiciones que debe tener una buena política de ayuda familiar. Tercero señalar las medidas concretas que ha de contener.
Los datos. España ha pasado de 670.000/660.000 nacimientos en la etapa del baby boom (mediados de los 50 a mediados de los 70) a menos de 330.000 en la actualidad, un retroceso del 50 %. El número medio de hijos por mujer está en 1,16 frente a los 2,1 necesarios para renovar generaciones; las mujeres en edad de procrear son un millón menos que en 2008; y la edad media del primer alumbramiento está por encima de los 31 años lo cual acaba traduciéndose en una descendencia cada vez más reducida. En Cantabria las cosas no son mejores, en realidad son peores. Los nacimientos disminuyen (1.000 menos en lo que va de siglo), el índice de fecundidad es de 1,07 hijos por mujer, la comunidad ha perdido 17.000 mujeres en edad de procrear (2008-2022) y la edad al primer hijo es de 33 años.
Dentro de este panorama de sombras hay una luz pálida: el deseo expresado por las madres españolas y cántabras de tener más hijos (alrededor de dos) si se diesen las condiciones para ello, lo cual avala la conveniencia de unas medidas que incentiven la natalidad.
Las condiciones de una política familiar. Ante todo, permítanme clarificar algunos argumentos que se manejan para descalificar las políticas de ayuda familiar. Son fundamentalmente tres: para algunos son rechazables porque son ideológicamente de derechas. Falso. Las políticas demográficas no son de derechas, ni de izquierdas: son políticamente neutras y demográficamente convenientes. Son rechazables porque resultan ineficaces u obtienen resultados mediocres. Falso. Existe una correlación positiva entre una política familiar vigorosa y una recuperación de la natalidad. Son rechazables porque un estado no debe inmiscuirse en lo que debe ser un asunto privado de las familias. Falso. Esta teoría de la no injerencia nos llevaría a negar la intervención de los poderes públicos en otros asuntos capitales como por ejemplo la mortalidad, la otra variable del crecimiento. Los hijos son ciertamente de sus padres, pero de alguna forma (espero que se me entienda) lo son también de toda la sociedad donde nacen y crecen.
Veamos ahora las condiciones que deben tener las políticas que defendemos. La primera es su condición de universales. Cuando se habla de política familiar se incluye cualquier modalidad de familia en la que haya niños pequeños. Ellos son los que justifican las medidas y no la modalidad de la unión o la falta de ella.,. La segunda es que tienen que ser libres o voluntarias. No se trata de 'imponer' la concepción de nuevos vástagos, sino de facilitarla. Con ello se ayuda a muchas familias a realizar sus aspiraciones individuales (tener los hijos deseados) que por razones económicas no pueden cumplir. Con ello además se consiguen alinear los objetivos individuales con los colectivos de mejorar la situación de la natalidad en un territorio. La tercera es la implicación de los poderes públicos en la puesta en marcha de tales políticas. Implicación significa una voluntad decidida y clara de llevarlas a cabo, pero también dedicar el presupuesto suficiente para que sean efectivas. Con demasiada frecuencia el gran inconveniente de las políticas familiares no es de naturaleza técnica, sino que deriva del escaso compromiso de las administraciones que no las consideran prioritarias o ven sus resultados demasiado lejanos para juzgarlas convenientes. Por último, señalaremos la necesidad de una cierta continuidad temporal, lo cual aconseja que nazcan desde el principio, con el mayor consenso posible.
Que nadie espere milagros de las políticas familiares. Nunca volveremos a tener una tasa de fecundidad por encima de los dos hijos por mujer, pero es que los niveles actuales son tan bajos que cualquier subida es positiva.
Los contenidos básicos de una política de ayuda familiar. Creo que se pueden agrupar en cuatro grandes grupos.
1. Medidas que facilitan las condiciones de vida y la actividad de los padres. Recuerda el demógrafo italiano Máximo Livi Bacci que la mejor política en favor de la natalidad y la familia es el mercado laboral. Cuándo el padre o la madre o los dos tienen trabajo fijo y bien remunerado, la natalidad mejora y se reduce en caso contrario. Un trabajo que debe estar acompañado de los correspondientes permisos de maternidad y paternidad, de la corresponsabilidad de las parejas a la hora de repartirse derechos y obligaciones, del fomento de las ocupaciones a tiempo parcial o de los 'minijobs' y de las medidas necesarias para una buena conciliación entre vida familiar y profesional.
2. Medidas en favor de los hijos: creación de guarderías suficientes con horarios y precios razonables, incluso gratuitas: servicios en el hogar para el cuidado de los niños cuando ambos padres trabajen; ayudas para la educación de los vástagos; creación de espacios urbanos para la infancia.
3. Ayudas indirectas a la familia: facilidades para que las parejas jóvenes puedan acceder a una vivienda digna en alquiler o propiedad; reducciones para las familias numerosas.
4. Ayudas directas en forma de prestaciones dinerarias por el nacimiento y después por cada hijo hasta una cierta edad: préstamos a bajo interés o nulo con la posibilidad de no devolverlo si se llega a un determinado tamaño familiar; exenciones fiscales progresivas en función del número de hijos; mejoras en las pensiones de jubilación de las madres.
Rafael Puyol (Catedrático de Geografía Humana de la Universidad Complutense), Calixto Alonso; Ramiro Bedia; Daniel Casanova; Carlos Casanueva; Carmen Carrión; Manuel Ángel Castañeda; Ana María Correa; Mario Crespo; Alberto Cuartas; Antonio Eraso; Carlos Fernández-Lerga; Tomás Ramón Fernández; Alberto Fernández de la Pradilla; Fernando García Andrés; Emiliano Martínez Rodríguez; José García-Morales; Eduardo González- Mesones; Mercedes Ortega; Juán Manuel Pérez de Guzmán; Ramón Pérez-Maura; Julio Rama; Ignacio Rosales; Carlos J Rodríguez; Eduardo Rodríguez Rovira; Pedro Rivero; Carmen Sáiz Ipiña; Javier Santacruz; Marisol Ugarte; Juán Ramón Vega y Eduardo Zúñiga.
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