Primeras medidas para variar el rumbo de Cantabria

1. Reducción de la carga fiscal. Quienes residen en Cantabria soportan una presión impositiva superior a la de otras regiones, lo que afecta al nivel de vida de todos los cántabros y reduce la capacidad competitiva para traer inversiones. No solamente la desventaja con nuestros vecinos vascos es inasumible, sino que también Cantabria grava más a las empresas y a los particulares que otras comunidades españolas. Cantabria con impuestos competitivos puede captar inversiones y atraer a personas que fijarían aquí su residencia fiscal. Eliminación urgente del impuesto de patrimonio.

2. Apoyo a la natalidad. La evolución de la demografía en Cantabria es alarmante. En lo que respecta a los nacimientos, la región está a la cola de España y las defunciones superan a los nacimientos. El envejecimiento de la población es un problema que requiere medidas urgentes, como ya indicó el catedrático en Geografía Humana, Rafael Puyol, en una conferencia organizada por Foramontanos Siglo XXI en Torrelavega. El nuevo Gobierno debe adoptar, con energía, medidas para favorecer la natalidad y deben ser apoyos decisivos para que las madres y padres puedan conciliar su vida profesional con el cuidado de los hijos.

3. Reorganización del sistema sanitario. Una de las excelencias de esta comunidad fue la sanidad. Un artículo del doctor Daniel Casanova, publicado en el Diario Montañés el 25 de junio, resumía los cambios a implementar. Es preciso y urgente reordenar el sistema sanitario para reducir las listas de espera, estimular la colaboración público-privada y formar el personal necesario.

4. Generación de energía. El catedrático Pedro Rivero Torres pronunció una conferencia en el Ateneo de Santander en la que puso de manifiesto la necesidad de que la región active su potencial en materia de generación de energía. Cantabria es ahora electrodependiente, pero tiene opciones para producir más electricidad ya que carece de parques eólicos y, en general, apenas se han implantado otras fuentes de producción como la solar, geotérmica o mareomotriz. El proyecto de hacer reversible el pantano de Alsa sigue sin desarrollarse y se debe impulsar la creación del Centro de Investigación y el desarrollo proyectado en la finca Rosales en Mataleñas.

5. Conectar Cantabria internamente y con el resto de España. Cantabria sigue aislada del resto de España. Por ello se debe mantener un constante seguimiento de la marcha de las obras del tren Palencia-Reinosa, para acelerar al máximo las obras. La autovía Aguilar de Campoo-Burgos apenas avanza. El tercer carril en la autovía Santander Bilbao sigue en estado de promesa y es otro cuello de botella para nuestra autonomía. La lentitud, retrasos y averías de la red de trenes de Cercanías es uno de los puntos negros de Cantabria. Aunque la red de ferrocarriles no depende directamente del Ejecutivo regional, debe plantear un ultimátum al Gobierno de España para dotar a la región de un servicio de transporte digno. En caso contrario, exigir las competencias en esa red para actuar directamente. No olvidar la conexión digital que debe extenderse a toda la región, con calidad y velocidad.

6. Facilitar el asentamiento de industrias. El tejido industrial necesita una fuerte inyección y para ello se necesita suelo industrial, accesible y con una tramitación legal sencilla y veloz. Desbloquear terrenos con condiciones para el asentamiento de nuevas empresas es una cuestión vital. Crear un entorno favorable a la inversión que permita a los emprendedores y a las grandes empresas desarrollar sus proyectos en esta región.

7. Dinamizar el sector agroalimentario. Las posibilidades de crecimiento en la zona rural son grandes. El apoyo a la agricultura y ganadería debe figurar entre las prioridades del nuevo Ejecutivo. La industria agroalimentaria permite conectar el sector productivo, en las áreas rurales, con la industria que también puede asentarse en ese mismo entorno. Promover este sector primario sirve para fijar población en zonas en riesgo de despoblación.

8. Agilidad burocrática. La ágil tramitación de los proyectos, básico para crear riqueza y empleo, es esencial. Una medida urgente debe aplicarse para que desaparezcan los largos e injustificados plazos que, desde entidades municipales al Gobierno regional, suponen una rémora y serio perjuicio para la vida de los ciudadanos y la economía. Para una mejor atención a los contribuyentes debería eliminarse la obligación de la cita previa. El empleo del sector público ha crecido en exceso; es necesario prescindir de puestos de trabajo innecesarios, adelgazar la Administración suprimiendo puestos que poco o nada aportan.

9. Austeridad y control del gasto. Una cuestión transversal debe ser la aplicación de medidas de austeridad en todos los departamentos. No por un incremento del gasto se obtienen mejores servicios, sino que en ocasiones se trata de simple despilfarro de los recursos públicos. Cuando se persigue un equilibrio entre gastos e ingresos, es fundamental mirar primero la partida de gastos para reducirla en lo posible sin afectar a la calidad del servicio a los administrados.

10. Mejorar la relación con las comunidades vecinas. El reforzamiento de la autonomía no puede ser una barrera que nos aleje de una colaboración estrecha con las regiones vecinas, especialmente con Castilla y León. El alejamiento de estos años debe sustituirse por un diálogo permanente y una política de colaboración.

Firman la presente tribuna: Calixto Alonso, Daniel Casanova, Carlos Casanueva, Lucía Casanueva, Manuel Ángel Castañeda, María Corral, Antonio Eraso, Anunciada Fernández de Córdova, Alberto Fernández de la Pradilla, Carlos Fernández-Lerga, José García-Morales, Mercedes Ortega, Ramón Pérez-Maura, Rafael Puyol, Pedro Rivero, Eduardo Rodríguez Rovira, Carmen Saiz Ipiña y Miriam Tey.