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Estamos donde estábamos, solo que el tiempo pasa tan rápido que la buscada reacción con la medida tan 'novedosa' del cese del entrenador no llega. No se acierta ni con una leve mejoría. El problema se agrava y lo que es peor da la sensación ... de estar entrando en el desconcierto de buscar soluciones ya desechadas hace tiempo. Que es un poco como implorar a esa conjunción de astros imaginarios a ver si sus hados nos traen lo que no encontramos aquí, en la realidad de cada jornada futbolística que nos ofrece este Racing del desconcierto. Ese que en algún momento nos hace ilusionar, no gana y con excesiva reiteración nos desilusiona y lógicamente pierde. Así empezaba las ultimas letras que atropellaba la semana anterior que en aras del espacio quedaron aparcadas. Y acababa diciendo: 'Algunos estamos de acuerdo que esto no va –salvo algún jugador que todavía mantiene que «hacemos muchas cosas bien»'. Y digo yo: 'Hasta expulsarse'. Cristóbal sabe mejor que nadie que su defensa debe transformarse para ser la base donde se apoye el principio de todo. Son las defensas en los juegos colectivos –en sus maneras de entender con o sin balón, el parapeto de tu portería– las que cimientan los objetivos marcados. Además de esperar que José Luis 'Chuti' Molina, si tiene grasa para engrasar esta máquina que chirría por casi todos sus engranajes, acierte en las altas y dé cordialidad en las bajas. Suerte. Porque la realidad es que esto no va.
Cuando el sábado me dirigía en compañía del excelente analista de fútbol y amigo Antonio Carriazo a los Campos de Sport, el pesimismo nos invadía de tal manera, que maldita la gracia que me hace confirmar después de lo visto lo que dábamos por hecho con anterioridad . Que este Racing no da para más. Y es que los verdiblancos han entrado en las recomendaciones de muchos arreglos para un solo mal, lo que es una prueba que será muy difícil curar. Porque hemos pasado de un delantero con gol, a añadir además a un lateral y un central o un medio organizador con jerarquía, un… La vuelta a casa después del Racing - Oviedo, una vez más era llena de frustración después de observar más de lo mismo con la desazón que la solución empieza a estar en esa materia indescifrable que es ahora la desconexión –de los que no parecen que hayan estado muy conectado– del parón navideño. Y a Chus y Silverio una oportunidad ante tanto desconcierto.
Pero en estos días tan admirables de la Navidad el representativo también –¡faltaría más!– será tema de conversación, a pesar de mi cuñado, en la mesa más fraternal de todo el año. Donde aparquemos los lamentos por las sillas vacías de los ausentes, para recordar sus risas que alguna vez nos rebosaron. Quiero mandar un abrazo entrañable a ese fornido delantero que un día soñó jugar en 'su Racing'. Gerardo Cavia Roig, a su mujer Elena Buendía, a Nico que tal vez lo consiga y a todos los suyos, porque como él ha dicho: «Se nos ha caído una joya en el fondo del mar». Fuerza a todos.
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