En el debate sobre el Estado de la Unión celebrado el 13 de septiembre, con el discurso que pronunció la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la ronda de intervenciones posterior en el seno del Parlamento Europeo, ha vuelto a centrar la ... atención esta cuestión fundamental: ¿es posible la ampliación de la UE a ocho o diez nuevos Estados sin antes haber resuelto el problema de la profundización federal?
El parlamentario Guy Verhofstadt, presidente de la Comisión Constitucional y máximo responsable de la propuesta de la reforma de los Tratados, le planteó a la presidenta de la Comisión Europea la imposibilidad de ampliación si antes no se habían resuelto cuestiones básicas tales como el proceso de la toma de decisión. Señaló que este sistema de decisión no está funcionando con 27 Estados miembros y, por lo tanto, cómo va a funcionar con 30 o 35 Estados miembros sin antes haber realizado algunas reformas constitucionales.
La Comisión Constitucional del Parlamento Europeo (PE) elaboró el proyecto de propuesta de reforma de los Tratados el 22 de agosto de 2023, firmado por los cinco portavoces de los principales partidos políticos proeuropeos: Guy Verhofstadt (Renew Europe), Sven Simon (Partido Popular Europeo), Gabriele Bischoff (Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas), Daniel Freund (Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea) y Helmut Scholz (Izquierda). Se empieza a debatir la próxima semana en la Comisión y se aprobará en el pleno del Parlamento Europeo en noviembre. En esta propuesta se plantea la necesidad de convocar la Tercera Convención con objeto de reformar los Tratados en profundidad.
Esta ampliación será la más complicada por los problemas entre los propios países
Sin embargo, como consecuencia de una propuesta del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la que resaltaba la necesidad de la ampliación a los nuevos Estados de la Vecindad y de los Balcanes para antes de 2030, ha surgido en diversos medios propuestas dirigidas a analizar el tema de la ampliación. Esta ampliación significa, por un lado, terminar las negociaciones con Ucrania y Moldavia que tienen el estatuto de candidato desde junio de 2022 y posiblemente también Georgia. Además, se iniciará las negociaciones con Azerbaiyán y Armenia que ahora mismo se encuentran en pleno conflicto armado.
Por otro lado, implicará la culminación de las negociaciones, en su caso comienzo, con el conjunto de los países de los Balcanes, que son Serbia, Montenegro, Macedonia del Norte, Albania, Bosnia y Herzegovina y Kosovo. Como se podrá entender no es nada fácil cada uno de estos países, en algunos casos por razones políticas, por ejemplo Kosovo con Serbia, y por razones económicas y sociales en los demás debido a su bajo nivel de renta. En todo caso, se tendrán que aplicar los Criterios de Copenhague y hacer una negociación Estado a Estado teniendo en cuenta estos criterios e ir verificando los avances que se han producido en las negociaciones respectivas.
Pero, sobre todo, habrá que tener en cuenta la posible gobernabilidad de la Unión Europea (UE). Es decir, hasta ahora las negociaciones se han producido, no sólo cuando querían los Estados candidatos, sino cuando la UE tenía la capacidad suficiente para absorber a estos Estados y estaba dispuesta a hacerlo. Siempre se decía que la ampliación era cuando la Unión decidía y no cuando el Estado candidato quería. Recordemos que en el caso español, que no fue de los más lentos, tardó ocho años desde la solicitud de la adhesión a la firma del Tratado de Adhesión el 12 de junio de 1985. Será muy difícil que el conjunto de estos países, teniendo en cuenta su situación citada anteriormente que es aún más distante que la que tenía España con la Comunidad de entonces, que el calendario sea más corto.
También hay que tener en cuenta que para que ingresen esos países o la mayor parte de ellos habrá que consolidar los aspectos políticos, económicos y sociales de la UE, especialmente, al menos, el avance en torno a la Unión Bancaria y la resolución del procedimiento de toma de decisiones. Será imposible llevar a cabo la ampliación si en el Consejo se siguen decidiendo por unanimidad cuestiones tan centrales como la política exterior y la política fiscal. Hay que recordar que posiblemente esta ampliación sea la más complicada, no sólo por el número de Estados, sino también por los problemas políticos que existen entre ellos, incluso algunos en guerra potencial y en guerra real.
Por ello, desde nuestro punto de vista, es imposible plantear la necesidad de la ampliación sin antes iniciar al menos la profundización, es decir, la reforma institucional y el procedimiento de toma de decisiones, entre otras cuestiones. Por esto defendemos que durante la presidencia española, en el último Consejo, se aborden no sólo las cuestiones relativas al proceso de ampliación, sino también el análisis de la propuesta de la reforma en profundidad de la UE. No creo que este tema haya que dejarlo para la presidencia belga, debe empezar a abordarse durante la presidencia española.
Francisco Aldecoa Luzárraga es Catedrático de Relaciones Internacionales en la UCM y presidente del Movimiento Europeo
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