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Al Racing se le acaban las oportunidades y necesita una catarsis total. Ojalá el recién llegado Oltra logre el milagro y tenga más suerte que sus predecesores. Falta le va a hacer. Porque aquí siguen cayendo todos menos el verdadero culpable de la situación ... deportiva del club. Está claro que Chuti Molina es un superviviente nato y se las sabe todas. Después de año y medio con el látigo y pisando cabezas, se ha puesto la piel de cordero y ha decidido ir de víctima para justificar su fracaso. Esta semana ha hecho un auténtico ejercicio de funambulismo para quedar bien delante de su jefe y no ha sido capaz de asumir ni una sola responsabilidad en el desastre de este año. Si lo hubiese hecho de verdad también habría dimitido. Su puesta en escena delante de Alfredo Pérez ha sido de Oscar. Él sabrá si se traga esa actuación. Nadie más lo ha hecho.
Por ahora sigue vivo a pesar de haber perpetrado este engendro de equipo. Durante dos años hemos tenido que aguantarle dando lecciones de racinguismo y de fútbol. Como si Santander y su entorno estuviese lleno de paletos que no han visto nunca un partido ni saben cómo se gestiona un club profesional. Además de hacer una plantilla penosa ha logrado también crear mal ambiente general que no tiene precedentes. Los jugadores no le soportan, los empleados están deseando que desparezca y los aficionados ya no le quieren ni un día más por aquí. Por ahora los únicos que le defienden son su presidente y el director general al que no le vendría mal sonreír de vez en cuando y ser menos prepotente cuando habla. Otro que se cree que ha venido de Murcia a iluminarnos con su sabiduría. Tremendo.
Lo único bueno que ha sucedido esta semana es el adiós de Cristóbal Parralo, uno de los peores entrenadores que ha pasado por Santander en muchos años. Ni tenía currículum para entrenar a un club como el Racing ni ha demostrado conocimientos para ganarse otro banquillo en una Liga profesional. Pero al menos ha sacado un poco de amor propio al final y se ha ido sin que su honor quede ya más mancillado de lo que estaba. Que tanta paz lleve como descanso deja. Por lo menos el último día ha mostrado un poco de dignidad para salir corriendo antes de que le echen.
Quemados ya dos entrenadores, habrá que empezar a señalar también a una plantilla que tampoco está a la altura de su afición. Aquí los jugadores llevan todo el año yéndose de rositas y el rendimiento de la mayoría está siendo lamentable. Ahora con Oltra, que ha llegado con ganas y con un discurso más positivo, tienen la oportunidad de redimirse. A ver si a la tercera va la vencida.
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