El futuro de 2050

El estudio que Pedro Sánchez presentó hace unos días avanzando que en 2050 España se convertirá en uno de los países más avanzados de la Unión Europea, también parece ciencia ficción, pero de la mala. Aunque pretenda evadirnos del presente con un embelesamiento sobre un hipotético y feliz porvenir, los españoles no somos idiotas, ni la actualidad nos invita a deducir un futuro que no sea apocalíptico.

Dentro de unos meses se cumplirá el centenario del Desastre de Annual, la batalla de la guerra del Rif donde fallecieron unos 11.000 militares españoles. Para celebrarlo, el Gobierno de Pedro Sánchez se ha bajado los pantalones ante el rey de Marruecos sin dar una respuesta adecuada a la invasión de inmigrantes. Para recuperar la memoria histórica de los grandes conflictos, Sánchez avivará el secular problema del separatismo catalán premiando a los golpistas con un indulto incomprensible, porque en vez de arrepentimiento, los reos han proclamado que volverán a intentar lo mismo por lo que fueron encarcelados. También sin arrepentimiento y sin condenar la violencia, el Gobierno de Sánchez sigue acercando a los asesinos de ETA al País Vasco para facilitar las visitas a sus familias. De las que hacen los familiares de las víctimas al cementerio, no hay noticias.

Presiento que Sánchez nos dejará en 2050 una España sin Ceuta, sin Melilla, sin Canarias y con Cataluña y el País Vasco jugando las semifinales del Mundial de fútbol contra Brasil y Argentina. Vaya panorama.