Gema Igual o el avispero de la colmena

De Gema Igual solo he escuchado en su contra lo de «y no ha acabado la carrera», como si se nos hubieran olvidado los muchos políticos de la transición que no hicieron otra que la de correr delante de la Policía Nacional y de las 'yogurteras', como si de mozos de San Fermín se trataran.

Por mi parte, no seré yo quien use de la titulitis, para apoyar a un político con ideas y altas capacidades sociales, pues para poner en práctica los títulos ya están los asesores para que el elegido o elegida por los ciudadanos no se estrelle cometiendo errores legales que puedan ser causa de cese inmediato por asuntos judiciales, y como ejemplo están los muchos empresarios que han demostrado su visión de futuro sin ningún título en el despacho, e incluso con profesores que les habían vaticinado que «no llegarían a triunfar en la vida».

Ahora bien, mucho mejor le iría ganándose el aplauso de los jubilados de General Dávila, a los que tiene cabreados con la línea de transporte que les obliga a apearse del autobús en Miranda, y esperar a la salida del siguiente, mientras el conductor está en teoría en su periodo de descanso.

Pues eso, que Gema, a mí personalmente, me ha ganado por su capacidad y su sencillez, nada común en otros políticos de tres al cuarto. Lo preocupante es que para seguir siendo alcaldesa depende de otros, y para poder ser la reina de su partido en Cantabria, en caso de que ella quisiera, depende de lo que haga Génova con la «actual reina de la colmena», que no sabe cómo defenderse de las avispas que anidan en su panal de rica miel; mientras Willy, sin deshojar la margarita, duerme a pierna suelta, sin enterarse de que se le está quedando seca.