Una Semana Grande inmensa e intensa

Durante estos diez días de festejos Santander ha estado a rebosar: de gente, de energía positiva, de sonrisas, de música, de folclore, de niños, de mayores, de turistas… y, sobre todo, como se diría coloquialmente, 'de buen rollo'. Ése que hace que todo fluya de manera ordenada, incluso en las grandes aglomeraciones de gente, que permite que todas las personas reunidas en torno a un espectáculo disfruten de él, y, en definitiva, que todos sintamos y vivamos plenamente la Fiesta.

Siempre que se acerca la Semana Grande pido responsabilidad a los ciudadanos, porque soy consciente de las dificultades que pueden surgir cuando se concentra gran número de personas en espacios limitados. Y tengo que agradecer y subrayar especialmente el comportamiento ejemplar de los santanderinos y visitantes, porque, gracias a ellos, no hemos tenido que enfrentarnos a ninguna situación que pudiera haber empañado estas jornadas. Si acaso, lo único que no podemos decir que haya salido cien por cien perfecto es eso tan variable e impredecible como el tiempo. Claro que la belleza de Santander tiene esos matices y hay que saber apreciarla también en días nublados y con chaqueta y paraguas, aunque estemos en verano.

Desde que arrancamos el día 21 con un chupinazo multitudinario contagiados por el entusiasmo de las peñas –una parte fundamental e imprescindible de estas jornadas–, el espíritu de fiesta ha inundado las calles y plazas de Santander, animadas por las casetas de los hosteleros y por un sinfín de actividades para todos los gustos, para todos los públicos y para todos los bolsillos.

Así, hemos podido participar en un gran número de propuestas gratuitas: conciertos en La Porticada de primer nivel, pasacalles, talleres y juegos para los más pequeños y en familia, clases, cursos y actividades deportivas para adultos, fuegos artificiales, folclore y gastronomía… Y tampoco ha faltado espacio para la solidaridad con las comidas y cenas benéficas a cargo de las peñas de Santander. Este año con más satisfacción que nunca porque han sumado cuatro más; ya son 19 y una compuesta únicamente por niños, con lo que su futuro es ilusionante.

Es importante resaltar también que estas fiestas no serían posibles sin el esfuerzo y dedicación de muchas personas y entidades que trabajan incansablemente durante todo el año para hacer realidad este evento tan esperado. Agradezco enormemente el apoyo de todas las instituciones, empresas, servicios municipales y voluntarios que han contribuido para que nuestra Semana Grande sea un rotundo éxito.

Y también, mi especial agradecimiento a los santanderinos que, obligados a seguir con sus rutinas y trabajos, han entendido y permitido más ruido y menos sosiego durante estos 10 días.

Por todo ello, considero que esta edición de las Fiestas de Santiago en Santander ha sido simplemente inolvidable. Hemos aprovechado al máximo los momentos de entretenimiento, animación y camaradería. Hemos fortalecido nuestra identidad como santanderinos y hemos compartido con nuestros visitantes la esencia de nuestra ciudad.

Es verdaderamente emocionante presenciar cómo Santander se transforma durante esta época del año. Las calles y plazas han sido escenarios de un torrente de sonrisas contagiosas, aplausos, espectáculos, música vibrante y una rica amalgama de folclore y tradiciones que nos llenan y nos enriquecen. Santander se ha convertido en el escenario perfecto para la celebración de Santiago, atrayendo a miles de personas que, con civismo, respeto mutuo y consideración hacia los demás, han querido ser parte de este evento tan especial.

Gracias a todos por esta demostración de madurez y conciencia ciudadana durante una Semana Grande que nos ha permitido incrementar el orgullo que sentimos por ser santanderinos y recordar la suerte que tenemos por vivir en una ciudad tan especial.

Ahora toca seguir trabajando juntos para que el próximo año sea aún mejor, con más sorpresas, más actividades y más razones para seguir celebrando con entusiasmo y orgullo nuestras cada vez más intensas e inmensas fiestas de Santiago en Santander.