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El premio 'gordo' de la lotería del 10-N en Cantabria, la victoria con dos de los cinco diputados y tres de los cuatro senadores, se la disputarán los dos grandes partidos nacionales, con ventaja del PP frente al PSOE, y las 'pedreas' serán para ... Vox y PRC. Nada demasiado sorprendente en el sondeo para lo que de verdad piensan en las cúpulas de los partidos ni para el electorado más atento a las cambiantes tendencias políticas, salvó quizá el dato de que el reparto de plazas en las Cortes será entre cuatro siglas, como sucedió en abril, en vez de la concentración en un 2-2-1 bastante frecuentada en los pronósticos.
Al PSOE cántabro le asalta la preocupación desde que se confirmó la repetición de los comicios tras el fiasco de la negociación con Unidas Podemos. O sea, que la movilización tan eficaz contra el peligro de las tres derechas que les dio la victoria el 28-A esta vez sería mucho más problemática, que los 90.000 votos de entonces estarían más lejanos en noviembre. La encuesta del CIS del compañero Tezanos, siempre tan generoso con el PSOE, era muy poco reconfortante en Cantabria, porque daba la victoria al partido, sí, pero con un sospechoso empate a dos diputados con el PP. Ni siquiera el mitin de Pedro Sánchez en Santander desató la euforia. En el partido destacan que nunca se habían atrevido con la capacidad del Palacio de Festivales desde la campaña de Rodríguez Zapatero en 2008. Entonces se sentó en la primera fila Miguel Ángel Revilla, pidiendo el voto para el PSOE. Ahora, en cambio, intenta llevarles todos los que pueda.
Cantabria gira a la derecha, con PP y Vox en alza. Los populares crecen considerablemente, en la misma medida que se desploma Ciudadanos. El sondeo les da el triunfo en la región, también los estudios que reciben de Génova. No es que el estímulo militante alcance para tirar cohetes, pero la progresión de Pablo Casado y del partido en toda España mejora los ánimos tan decaídos en la primavera electoral.
Lo que no consigue el PP es convencer del voto útil a la clientela de Vox, fiel y movilizada, que logra un resultado espectacular en la encuesta. El avance ya era constatable durante la precampaña y se ha disparado con la crisis en Cataluña y la exhumación del cadáver de Franco. El sondeo no sólo le da a Vox Cantabria el diputado que perseguía, contra el pronóstico de sus rivales, sino que además le sitúa tercero en el escalafón, como en el conjunto de España, por delante del PRC.
El regionalismo proclamaba que iba a por el segundo diputado y a estrenarse en el Senado, pero en realidad firmaría bien a gusto el único que sacó Mazón en abril. Si lo consigue demostrará que aquel éxito no fue flor de un día, que la popularidad de Revilla perdura, que el PRC saca músculo incluso cuando no le presionan los comicios autonómicos y locales, y que el discurso cantabrista en las elecciones generales tiene su espacio en medio de la convulsión en Cataluña.
El sondeo apunta al hundimiento de Ciudadanos, en plena crisis del partido y de su líder, Albert Rivera, en todo el país, y también de Unidas Podemos, desaparecido del debate político cántabro, ambos con desventajas siderales respecto a los otros cuatro partidos principales. Los milagros electorales son muy raros y más aún en una campaña tan corta.
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