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Gobernar no es popular

La realidad va a apretar a Sánchez tanto como a los que les importa un comino España

Lunes, 13 de enero 2020, 09:10

Se ha teorizado, y acreditado en la práctica, que llegar al Gobierno aplaca y templa los ardores ideológicos y partidarios. Que la llegada a los mandos del Poder Ejecutivo mitiga las ansias de llevar a la práctica las ofertas y agasajos prometidos a la clientela ... electoral durante la campaña. Que el contacto con la realidad de las cifras, las necesidades reales del país y sus posibilidades económicas son un antídoto eficaz contra el radicalismo político. Desde que François Miterrand llegó al palacio del Elíseo en septiembre de 1981 con su programa '110 propuestas por Francia' hasta que en marzo de 1983 tuvo que retractarse y enmendar casi todas las promesas esenciales, solo había pasado año y medio. Ni nacionalización de la banca y las once grandes empresas, ni jubilación de los hombres a los 60 y las mujeres a los 55, ni ampliación del sector público, ni gran subida de impuestos, ni gran aumento de gasto social. También Miterrand había incluido a cuatro ministros comunistas en su gobierno. Qué casualidad. Más próximo en el tiempo el ejemplo de Grecia donde el experimento de Syriza dejó paso rápidamente a la derecha liberal a pesar del giro radical del populista Tsipras incumpliendo sus promesas sociales. Y a los populistas que no atendieron a la realidad social al llegar al poder, se los llevó la marea como a Salvini en Italia.

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