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No ha sido hasta esta semana cuando he descubierto la existencia del concepto 'Acantilado de cristal'. Me lo explicó una compañera periodista que, a su ... vez, también lo acababa de conocer y estaba emocionada por poder bautizar un fenómeno que hemos visto muchas veces. Sin ir más lejos, la semana pasada se ha repetido en la crisis de la Asociación de Hostelería de Cantabria. Su definición sería algo así como: «¡Que nos salven ellas cuando todo arde!».
Quizás, como yo hasta ahora, no han sido conscientes de la cantidad de veces que sucede a nuestro alrededor. Una institución, empresa u organización de cualquier tipo se enfrenta a una debacle interna y decide iniciar una transición antes de abrir una nueva etapa. Es en estas fases adversas, de indefinición y temporales cuando se apuesta por poner a una mujer al frente para capearlas. Quizás sea por características estereotipadas como la empatía o la efectividad que se ven necesarias en época de crisis. Quizás porque no se perciban como una amenaza real en el futuro reparto de cuotas de poder.
El caso de Theresa May, elegida para sustituir a David Cameron en plena ebullición del 'Brexit', es un excelente ejemplo para entender el fenómeno. Christine Lagarde fue nombrada directora gerente del Fondo Monetario Internacional tras la crisis del euro, en 2011; el ascenso de Inés Arrimadas a la presidencia de Ciudadanos llegó después de que Albert Rivera perdiera 47 escaños en las elecciones... Y María Ángeles Pérez se ha hecho cargo de la Asociación de Hostelería tras la dimisión forzada de Javier Bedia tras solo diez meses como presidente. Habrá que ver si se trata de un parche temporal o la dejan, si ella quiere, continuar su mandato más allá de las elecciones previstas para el año que viene. Pero hay muchos más casos. Solo basta repasar mentalmente el panorama político y económico de los últimos años para encontrarlos.
El problema llega cuando se da la vuelta a la tortilla y, como hizo el periódico The Times en 2014, se concluye que las empresas con más mujeres en puestos de poder tienden a funcionar peor. La verdad es la opuesta. Es precisamente cuando las circunstancias son adversas cuando las mujeres acceden al poder.
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Ana del Castillo
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