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Ha llegado el momento de preparar la cobertura de la campaña electoral y de hacer balance de legislatura, que traducido en el argot periodístico significa hundir la cabeza en la hemeroteca para refrescar los recuerdos de hace cuatro años. ¿De qué hablábamos en 2019? ¿Cuáles ... eran las promesas electorales? ¿Qué nos preocupaba? Este viaje al pasado suele ser feroz, como cuando repasamos fotografías de viajes o celebraciones que –pensábamos, ingenuos– no fueron hace tanto tiempo. Este buceo en la hemeroteca no tiene compasión con nuestra consciencia del tiempo transcurrido. Y mucho más con una pandemia de por medio. Imaginen entonces cómo envejecen los mensajes políticos, las luchas y las promesas que se sueltan en los mítines o en los programas de campaña. Y eso que aquí, en Cantabria, los proyectos y las inquinas se repiten como un reflujo estomacal interminable.En el debate organizado por El Diario Montañés hace cuatro años, solo Vox apretó a Miguel Ángel Revilla. Fue un todos contra el PP a pesar de que no gobernaba desde hacía cuatro años. El presidente se sabía ganador de las elecciones y los demás también, por eso nadie quería importunar en exceso a un posible socio de gobierno. «Las bailarinas a su alrededor», los llamó el diputado Cristóbal Palacio. El debate se convirtió en una entrevista de trabajo en la que todos parecían querer llamar la atención del futuro jefe. Y Vox fue el gran apestado. Estaba muy reciente el 'pacto a la andaluza' y ningún candidato quería reconocer la posibilidad de abrir las puertas del Gobierno al partido de la ultraderecha. Eso no ha cambiado demasiado. Revilla, como ahora, fue especialmente tajante al rechazar unas siglas que «insultan y no quieren la autonomía de Cantabria». El mitin de Santiago Abascal la semana pasada en el Palacio de Festivales confirmó que las pegas del presidente siguen vigentes cuatro años después. También se habló de las listas de espera en la sanidad, de impulsar la industria, de los trenes, de los buenos datos del paro... ¿Les suena de algo? Sólo cabe esperar que, visto lo visto, las soluciones no se repitan esta vez.
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