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Aunque los errores que le costaron el cargo de consejera de Cultura y Turismo a Eva Guillermina Fernández fueron más mediáticos, la herencia negativa que ha dejado Pablo Palencia en la Consejería de Ganadería le gana por goleada, según comentan testigos y víctimas de su ... gestión. En menos de un año dinamitó las relaciones de los ganaderos con el Gobierno, obligando a la presidenta a intervenir en persona –calmando los ánimos con las organizaciones ganaderas como siempre se solucionan estas cosas, con dinero–, pero es que, además, su paso por los despachos de la sede de la Consejería solo ha dejado tierra quemada. Su legado ha sido un enfrentamiento constante con los distintos departamentos, malas relaciones laborales y una gestión diaria bloqueada y retrasada de la que la Consejería tardará en recuperarse.
Por eso, el trabajo de la nueva responsable, María Jesús Susinos, se está enfocando en estos primeros días en zurcir las costuras de una Consejería rota por dentro, en recuperar la confianza de los trabajadores e insuflar vida a los departamentos. Hay muchos puentes rotos que requerirán más psicología que órdenes para reconstruirse. Carácter no le faltará para hacerlo, dicen los que la conocen bien. Con un temperamento a medio camino entre la Dama de Hierro y una madre protectora, la exalcaldesa de Entrambasaguas y exdiputada nacional quizás necesite más de lo segundo a corto plazo con los suyos.
Pero fuera de la sede de la Consejería le espera también un reto en el que el PP se juega buena parte de su supervivencia futura en Peña Herbosa. De cómo gestione las ayudas en el campo, la PAC, el lobo y resto de frentes abiertos dependen los ingresos de muchas familias y también muchos votos del PP. Si los populares aspiran a debilitar al PRC y a Vox para consolidar su mayoría, deben hacerlo en el campo, donde sus dos rivales son más fuertes. Y hasta ahora lo único que han conseguido es alimentar las críticas y cargar de razones a los que más gritan. A los ganaderos nunca les gustó que Pablo Palencia no asistiera a muchas ferias ni les diera la mano –un gesto importante para ellos–, así que a Susinos le toca pisar menos la moqueta y más el barro de los pueblos, algo a lo que está acostumbrada después de veinte años de vida política municipal y tres mayorías absolutas consecutivas en su ayuntamiento.
Susinos pasa a ser, así, una nueva pieza del matriarcado que dirige la región en estos momentos. Aún es muy pronto para que la consejera de Ganadería se siente en la mesa donde toman las decisiones María José Sáenz de Buruaga, Isabel Urrutia, María José González Revuelta y la asesora Gema Berián, pero su desempeño a partir de ahora le pueden valer una silla en el futuro.
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