Gracias, papá

He sido y soy un privilegiado muy afortunado. Sé de dónde vienes y hasta dónde has llegado. Gracias por mostrarme el camino de la generosidad, la honestidad, la humildad, la sencillez y los valores más importantes de la vida. Gracias por tu ejemplo. Gracias por ser referencia. Gracias por todas las oportunidades que me has dado. Gracias por enseñarme, mostrarme y empujarme al mundo desde muy joven. Gracias por tu confianza. Gracias por tu amor. Efectivamente, todo es un viaje, y como en uno de tantos que hemos hecho, hoy nos despedimos de nuevo. Y seguiremos en contacto hasta la próxima.

Como hablamos antes de tu partida, solo tengo palabras de agradecimiento para tí. No escogemos dónde nacemos. En mi caso, ni escogiendo hubiese acertado tanto con un padre como tú. Lo que empieza un día, otro ha de terminarse, pero los recuerdos, el respeto, la admiración y el cariño permanecen. Agradecido eternamente, pude recordarte que te quiero y me disculpé por aquello que igual no te gustó. Me despido por ahora y te felicito por haber llegado tan lejos.

Hace unos días me dijiste que la vela de la vida se apagaba, pero tienes que saber que tu esencia perdurará. Quiero pensar que te reúnes con quienes se fueron antes y allí nos esperareis a los demás cuando tengamos que partir también. Gracias y buen viaje allá donde vayas. Te vamos a echar mucho de menos. Te quiero mucho, papá.