Secciones
Servicios
Destacamos
La torre de Alvarado, situada en el barrio de la Maza, en la parte alta de Heras (Medio Cudeyo), que ha llegado a nuestros días, es el resultado de diversas rehabilitaciones, principalmente la llevada a cabo en el siglo XVI, sobre una antigua torre defensiva ... ya existente en el siglo XIV. Tuvo una doble función: defensiva, durante las guerras banderizas entre Giles y Negretes, y de vigía, formando parte del entramado de torres que vigilaban los caminos y el entorno de la bahía. A principios del siglo XV fue comprada por Juan de Velasco y, ya en el siglo XVI, Juan Sainz de Alvarado funda mayorazgo, con la torre como cuerpo principal.
Tiene planta cuadrada, tres alturas, tejado a cuatro aguas y muros de mampostería, con vanos y esquinas en sillería. De su carácter defensivo conserva una entrada elevada en un lateral y varias saeteras. A partir del siglo XVI, se suceden diversas reformas que mejoran la habitabilidad de la torre, ampliando el tamaño de los vanos e incorporando elementos decorativos platerescos, destacando la ventana conopial de la fachada principal que contiene un escudo con las armas de Alvarado con el lema 'JUS EST IN ARMIS' (La justicia está en las armas). Es un claro ejemplo de la transición de la torre defensiva medieval a la torre residencial.
A la torre de Alvarado, con el tiempo, le llegó la decadencia y se deshabitó y, previendo un deterioro, con el fin de protegerla fue declarada en el año 2015 BIC o Bien de Interés Cultural, que incluyó además de la torre un entorno de protección indispensable para asegurar «la completa comprensión y contemplación del bien», según se dice expresamente en el BOE 89. de 14 de abril de 2015.
Ante nuestro asombro va a quedar rodeada por una urbanización de treinta chalés adosados. Toda la promoción ha sido realizada dentro de la Delimitación del Entorno Declarado y con el permiso explícito de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, en su anterior legislatura, y la aprobación del Ayuntamiento de Medio Cudeyo.
Resulta evidente que la existencia del entorno de protección no ha servido en absoluto para respetar la imagen del monumento. Es difícil imaginar que la intervención pudiera ser aún más avasalladora si no existiera entorno de protección. La Ley de Patrimonio de Cantabria recoge en su artículo 50 que: «Se entiende por Entorno de un bien inmueble declarado Bien de Interés Cultural o de Interés Local, el espacio, edificado o no, próximo al bien, que permite su adecuada percepción y comprensión, considerando tanto la época de su construcción, como su evolución histórica, que da apoyo ambiental y cultural al mismo y que permite la plena percepción y comprensión cultural del bien y cuya alteración puede afectar a su contemplación o a los valores del mismo».
La misma Ley señala que la Consejería de Cultura está facultada para determinar los criterios de intervención en las actuaciones en el entorno de protección de un BIC, y que ha de ser aprobada por ella.
Entre el Ayuntamiento de Medio Cudeyo con su Plan Parcial y que es en última instancia quien concede la licencia de construcción, la Crotu, que emite informe favorable, y el servicio de Patrimonio de la Consejería que no sabemos qué opina, se elude la obligación de custodiar el patrimonio cultural.
La urbanización prevista es un conjunto de viviendas de cubierta plana cuyos volúmenes y materiales son ajenos a las características constructivas y al carácter tradicional del lugar, podría situarse en cualquier zona urbanizable de cualquier ciudad, pero resulta agresivo al lugar histórico.
La intervención ha generado un movimiento crítico en redes sociales al que se han sumado numerosos expertos en patrimonio y asociaciones vinculadas a la protección del patrimonio que lo califican de total aberración. La construcción de esta urbanización, igual que otras que han sucedido –cabe recordar la torre de Hoyos en Virgen de la Peña, la de Ceballos Liaño en Abadilla de Cayón, la de Viluma en Voto, o la Villegas en Villasevil–, supone la total vulneración de la figura de entorno de protección del BIC, que pierde su identidad y también la pierde el pueblo de Heras.
Suscriben este artículo los siguiente miembros del Grupo Alceda: Aurelio G-Riancho, Miguel de la Fuente, Carmen Sarasua, José M. Cubría, Rosa Coterillo, Celestina Losada, Rosa Argos, Karen Mazarrasa, Mina Moro, Esperanza Botella, Manuel G-Alonso, Ana Martínez, María José Trimallez, Javier Marcos, Alberto G-Hoyos, Paloma Sánchez, Carolina Echavarri, Manolo Zúñiga, Esther Sainz-Pardo, Ignacio G-Riancho, M. José Gómez Acebo, Carlos Arteaga, Manuel L-Calderón, Montse Martin-Sáez, Carmen Alonso, Orestes Cendrero, Luis Villegas, Digna Fernández.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.