Secciones
Servicios
Destacamos
Estas líneas son un homenaje a la Guardia Civil, encarnada en nuestro teniente coronel Pedro Alfonso Casado, Perico para los compañeros. Están redactadas con gratitud y orgullo, como emocionada despedida de un amigo militar que ha amado a España y los españoles hasta cumplir ... su destino de morir por nuestra Patria.
Concluida su formación en la Academia de Zaragoza en el año 1998, fue destinado al Grupo de Acción Rápida (GAR), se incorporó al año siguiente a la Unidad de Acción Rural (UAR) y, un año después, a la Unidad Especial de Intervención (UEI), donde en 2016 tomó el mando de esta unidad de élite de nuestra Benemérita. Un puesto que requiere las mejores cualidades castrenses en el logro de sus objetivos, y cuya operatividad exige que estén los mejores, desactivando comandos terroristas de ETA, desmantelando organizaciones de narcotráfico, protegiendo objetivos sensibles o ejecutando acciones tan trágicas como la liberación del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, misión resuelta con éxito para alegría de las personas de bien después de casi dos años de secuestro. Pero, en el eterno combate del mal contra el bien, ni el 'Detente bala', que como hombre de profunda fe católica regalaba a sus compañeros, evitó en la vallisoletana localidad de Santovenia de Pisuerga que un criminal disparo a bocajarro le llevase a rendir su alma al Creador.
Su preparación y su compromiso llevaron a Perico, hijo y huérfano de guardia civil, esposo y padre de dos hijos, a colmar con alegría, generosidad y humildad su servicio de la sociedad española. Vocación de guardia civil en la que cumplió, como escribió Quevedo, la esencia del líder militar con sus subordinados, porque «el soldado no quiere fijos en su espalda los ojos de su capitán sino fijar sus ojos en la espalda de su capitán».
Me sumo al dolor de su madre, esposa e hijos, de su familia y sus compañeros. En cada acto a los Caídos los soldados cantamos 'La muerte no es el final'. Y depositada la corona a los pies del monolito por quienes dieron su vida por España, antes de la salva al infinito, Perico recibe de todos nuestra oración militar al 'Señor de la Vida y de la Esperanza' para que «le otorgue la vida que no acaba, en feliz recompensa por su entrega». No albergo dudas de que con la intercesión de la Virgen del Pilar ya ha dado novedades a Dios de su defensa del bien común de España.
Entrega del todo punto vocacional, porque ser guardia civil no es una profesión sino una vocación que, desde su fundación por el Duque de Ahumada en 1844, en el lema 'Todo por la Patria' perfecciona su ideal «el Honor es mi divisa». Honor, dice el Reglamento para el Servicio, que «debe conservarse sin mancha, porque una vez perdido no se recobra jamás». Honor al que cada guardia civil se consagra hasta la sangre si es menester para salvaguardar el orden público, la justicia y la libertad del pueblo español, del que nacen y son nuestros militares. Honor, en suma, del teniente coronel Pedro Alfonso Casado, asesinado en acto de servicio por España.
La Guardia Civil sabe lo que es la pérdida de sus hijos en combate con la delincuencia, en accidentes de carretera, en la montaña, en incendios y catástrofes naturales, en cualquier necesidad ciudadana, porque su labor es vocacional. Y en esta vocación cada guardia de la Benemérita sigue el ejemplo de sus mejores cuando, como Pedro Alfonso Casado, «con su sangre la empresa rubricaron. Por la Patria morir fue su destino, querer a España su pasión eterna».
Si no fuese por nuestros Ejércitos y por nuestros y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, España dejaría de existir. Y si no custodiasen la seguridad interna y externa de nuestra patria ni justicia, libertad, igualdad ni progreso cimentarían la convivencia democrática de los españoles, su progreso y su modo de vida. Gracias a militares como Perico, nuestra Benemérita es militar, jurídica y policialmente una de las mejores instituciones del mundo contra la delincuencia, el crimen y el terrorismo etarra e islámico. Con la intercesión de nuestra Patrona la Virgen del Pilar, descansa en paz, mi teniente coronel, querido Perico, con la certeza de que el pueblo español sigue amando, con modelos militares, personales y espirituales como el tuyo, a nuestra Guardia Civil.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.