La guerra marca el control de la economía

El enfriamiento de la actividad China, sobre todo en los mercados de materias primas de metales como paladio, níquel y aluminio, y, en los sectores industriales, de construcción e inmobiliario, como consecuencia del confinamiento estricto de regiones enteras por la variante ómicron, favorecerán también el crecimiento de precios.

La reducción de oferta de los productos agrícolas como el maíz, el trigo, y fertilizantes en los que tanto Rusia como Ucrania son proveedores a nivel mundial también presionan al alza los precios de estos productos. Los próximos meses, si se mantienen las tendencias actuales, serán de gran incertidumbre y con precios elevados de energía, de materias primas, y de productos agrícolas.

Por todo lo anterior, de continuar la guerra, serán necesarios mecanismos que ayuden a los ciudadanos y empresas ante estas consecuencias económicas.