El harakiri de Ciudadanos

Pero los problemas para Félix Álvarez no acaban allí. A su partido apenas le queda una base estable de afiliados -en Santander solo rondan los 60- y, como reconocen en su propio entorno, tendrá difícil poder elaborar una lista electoral.

Félix, de momento, ni confirma ni desmiente, y aplaza cualquier decisión a los días posteriores al congreso de refundación dentro de un mes, que no es otra cosa que el intento de Inés Arrimadas por salvar su escaño en el Congreso, según reconocen altos cargos del partido en Cantabria. Pero la gran pregunta que todos se hacen es: «Si él se decide por el Ayuntamiento de Santander, ¿quién se presentará como candidato al Gobierno de Cantabria con Ciudadanos?». La lista de posibles no es muy amplia. Nadie quiere ser el rostro que reciba el soplamocos electoral. Los que sí responden a esa pregunta remiten siempre al mismo nombre: Rafael Sebrango, número uno de Ciudadanos en Santander y exlíder de La Unión.

El resto de altos cargos de Ciudadanos se miran entre ellos sin mover ficha. Por si acaso, Javier Fernández Soberón, alcalde de El Astillero, ya está circulando una encuesta en la que pregunta a los vecinos de su municipio si votarían por él en otro partido. Habrá que ver si Emilio del Valle, exsecretario de Economía con Ignacio Diego en 2011, rescata a su protegido del naufragio.