Héroes

Hemos olvidado, sin embargo, esa felicidad de la conversación a pocas voces; de la convivencia entre los distintos que, pese a serlo, cultivan la amistad a través de códigos privados. Nuestros aspirantes a héroes pretenden aprovechar sus quince minutos de fama interviniendo en los debates, situándose siempre del lado cómodo del drama, apuntalando su posición militante. Pero, sabemos bien que el héroe, en nuestra cultura siniestra, culmina su misión inmolándose y asumiendo todos los pecados del mundo. Recuerden a Marilyn Manson, doblado en 'Bowling for Columbine' por una voz angelical, en contraposición a los 'fascistas' de la Asociación del Rifle, que hablaban, claro, como cómplices de las masacres. Hoy, Manson, ya no es Norma Jean, sino Charles, reconvertido en acusado (eso basta) por varias agresiones sexuales. La cultura de la cancelación ahorra tiempo y dinero para librarse de los otrora reverenciados portavoces. Manson, como Jesús Neira o Antonio David Flores, pasa del elogio a la condena, ocultando la circunstancia de que está más demodé que Curro el de la Expo. Ya saben: no se hagan los héroes.