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Mi hija compra un cupón en el kiosco de José

Cuando los barrios antiguos se transforman, dejan atrás recuerdos y jirones de vida

Viernes, 15 de mayo 2020, 07:16

Cuentos del coronavirus, véase el de Julián, quien intuía el aprecio de sus vecinos, al menos los próximos, aquellos a los que veía frecuentemente y, ... por extensión, el de los dueños o empleados de tiendas y comercios con los que ahora, jubilado, tenía tiempo de detenerse. Las grandes ciudades se viven en áreas concretas, y aunque las medianas o pequeñas como la nuestra son fáciles de recorrer andando, la rutina diaria se concentra igualmente en un espacio reducido, de modo principal si la zona de referencia está en el centro de Santander, con todo al alcance. Ese afecto quedó demostrado el primer día de libertad. Justo al enfilar la calle del Martillo en dirección a Santa Lucía, la gente, asomada a las ventanas, comenzó a aplaudir a su paso con entusiasmo creciente, oyéndose incluso un bravo y silbidos de aprobación durante unos minutos.

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