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Las denominadas 'fake news' que desde hace años invaden las redes sociales y otros medios de comunicación, no son algo exclusivo de nuestros tiempos, salvo por la forma e intensidad con la que proliferan. Han existido siempre en la historia de Europa, constelando ... su historia política, religiosa y literaria, aunque la Edad Media ha sido calificada como «el dorado de las falsificaciones», y recurro a una metáfora basada precisamente en uno de los grandes falsos de la historia, la supuesta existencia de 'El Dorado'. Siempre hubo falsificaciones de todo tipo, desde las más fútiles e ingenuas hasta las más perversas, y las concebidas como instrumento para engañar o alterar la realidad al servicio de fines políticos o religiosos.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en un libro muy reciente de historia coeditado por Silvia Acerbi y quien esto escribe, que lleva el título de 'El primado del obispo de Roma. Orígenes históricos y consolidación. Siglos IV-VI' publicado por la editorial Trotta (Madrid, 2020). El libro recoge doce estudios de diversos especialistas, historiadores, filólogos, teólogos y juristas de Italia, Francia y España, que analizan diversos aspectos de cómo surgió y se consolidó la institución más importante del catolicismo, el papado. Al que no sea experto en estos temas le puede sorprender que, para estudiar los orígenes de esta institución, los autores se remitan a los siglos IV y VI y no al siglo I cuando, según la tradición de la Iglesia, habría vivido el primero de los papas, san Pedro. Pero es que precisamente este tema, san Pedro y el papado constituye uno de los más grandes bulos de la historia.
Me limito a comentar solo dos de los más llamativos. Silvia Acerbi, de la UC, titula su aportación 'La manipulación de actas y cánones conciliares al servicio de las aspiraciones a la primacía romana: el papel de la cancillería romana'. El solo título es revelador de su contenido. La falsificación de documentos por la cancillería pontificia. La autora recurre a las fuentes antiguas y se detiene de manera especial en un supuesto canon del concilio ecuménico de Nicea del 325. León Magno, el primer obispo de Roma que se sintió y actuó como papa, a mediados del siglo V, se basó para justificar su autoridad sobre todos los demás obispos en este canon que decía: «Ecclesia romana semper habuit primatum» («La Iglesia romana siempre disfrutó de la primacía»). Se trató de una manipulación evidente, porque el canon de Nicea hacía referencia a la primacía sobre una parte de Italia y la cancillería romana suprimió de manera sistemática la segunda parte del texto.
El segundo artículo que quiero comentar es de Tessa Canella, de la Universidad de Roma, y lleva por título «El primado romano en los Actus Silvestri: entre exigencias devocionales e implicaciones políticas». Aquí analiza lo que otro experto italiano en historia de la Iglesia, Giovanni Vian, director durante doce recientes años del periódico vaticano 'L´Osservatore romano', ha denominado «la falsificación más importante de la historia». Y no es para menos. Se trata de la invención de la leyenda de que el papa Silvestre, en el 312, habría bautizado y curado de la lepra al emperador Constantino y, como recompensa, el emperador le habría concedió a él y a sus sucesores la primacía sobre todos los obispos de la tierra y el dominio temporal sobre los territorios de Italia. Aunque se trató de una pura invención sin el más mínimo fundamento histórico, ha sido el origen del poder político más que milenario de los papas.
Esto es solo un ejemplo de como las leyendas y las falsificaciones han condicionado la evolución de muchos y grandes acontecimientos históricos. A partir de la Edad Media, los monasterios y santuarios de toda Europa se llenaron de falsas reliquias de reales o supuestos mártires que les proporcionaban pingües beneficios de los visitantes y peregrinos. De una manera similar, a partir del siglo XIX, políticos y partidos nacionalistas se inventan nuevos mártires a los que rinden culto y siguen conquistando votos, como sucede con la mitificación de la denominada Guerra de Sucesión por parte de los independentistas catalanes o de la supuesta democracia primitiva del pueblo vasco. Pero no son los únicos. Casi todas las modernas naciones se basan en mitos históricos ensalzados y cantados en los himnos nacionales como sucedía con los viejos cantares de gesta.
La historia está llena de documentos, cartas, tratados, diarios de viaje, poemas inventados pero que han pasado por auténticos como sucede hoy con las abrumadoras noticias que denominamos con el horroroso término 'fake news'. Un presidente de EEUU hace creer a millones de seguidores que le ha sido robada su reelección de la misma forma que Pessoa hizo creer que había hospedado personalmente al diablo en Lisboa.
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