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Confieso que después de haber visto alguna película de James Bond, le entran a uno ganas de ser espía, aunque por poco tiempo, porque espiar, lo que se dice espiar, el 007 espiaba poco. Más bien hacía otras cosas más atractivas y emocionantes que estar ... pendiente de las conversaciones telefónicas, los correos electrónicos o los whatsapps de los sospechosos, que es lo que al parecer hacen los espías cuando salen de la fantasía de las películas, exactamente igual que los cónyuges desconfiados de sus parejas, pero con tecnología punta.

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