Hostelería de Cantabria: año viejo, año nuevo

Con las celebraciones tradicionales finalizamos el año 2022, metidos de lleno en largas jornadas en las que damos lo mejor de nuestros establecimientos para que los clientes reciban lo que se merecen al festejar la continuidad de empresas, asociaciones, familias, amistades y tomar impulso para el año próximo 2023. La nuestra es una profesión sacrificada, pues al esfuerzo físico se suma el servicio amable y profesional con cada persona que, mientras disfruta, descansa y se divierte en los establecimientos, los hosteleros atienden barras, pasan comandas o recepcionan a nuevos clientes. Si la temporada de verano ha sido larga y exitosa, en el sobresfuerzo de nuestros equipos ha estado la clave y es ético reconocerlo.

Sin dejar de tener los pies en el suelo y sabiendo lo duro que es mantener una empresa activa, lo importante es que cada día del próximo año haya más empresas en la hostelería de Cantabria que se distingan por la calidad del servicio y por el producto que ofrecen. Es con los demás como podemos adquirir nuevas dimensiones en nuestros propósitos y en nuestros negocios. Aglutinar la diversidad y hacer frente a las dificultades da sentido a nuestra Asociación. Acompañar en procesos de innovación complejos, pero necesarios, requiere el concurso de todos. Hay muchos retos por delante para gestionar la competitividad que da imagen, marca y referencia al sector turístico de esta región, pero, en este momento, yo señalaría dos.

A medio plazo, tenemos que conseguir la seguridad y oferta suficientemente atractiva para que los jóvenes vean en el sector de la hostelería la posibilidad de desarrollar una carrera profesional. Lejos queda ya la época en la que cualquier persona sin formación podía acceder a un puesto de trabajo en uno de nuestros establecimientos. Por el contrario, en la actualidad, se ha implantado un sistema mucho más sofisticado en cuanto a las dinámicas de trabajo en las que se hace imprescindible saber hacer y saber hacerlo bien, entendiendo que no se trata tanto de llenar nuestras empresas de personas perfectas, sino de personas suficientemente comprometidas.

Por otra parte, el reto inmediato es trasladar a los Ayuntamientos, a los responsables políticos, y a la opinión pública en general, que estamos convencidos de que el despliegue de terrazas obedece a un deseo de los clientes, que han convertido en imprescindible una medida obligatoria. Es lo que nos están pidiendo: menos barras y más terrazas. Estoy seguro de que desde el respeto al armazón urbanístico y a la convivencia vecinal, llegaremos a un acuerdo sobre la gestión de un espacio público que satisfaga a todos los ciudadanos, sean clientes o no lo sean.

A la vez que reservas, y ganas de disfrutar, de reunirse y de compartir, por las puertas de nuestros negocios han entrado también este año 2022 facturas realmente insoportables tanto de los consumos energéticos como de las materias primas. Ahora, en 2023, se trata de mantener esas puertas abiertas para que con trabajo y pasión nuestros negocios de hostelería sean la esperanza que contribuya a despejar, al menos en parte, la bruma que se cierne sobre la economía en España y, por ende, en Cantabria.

Al menos ese es el deseo de la junta directiva de la Asociación que presido y que completo deseando a todos felices fiestas y próspero año nuevo.