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La política educativa se ha convertido en un campo de batalla cultural y antropológico plagado de ideología. El Gobierno pretende hacerse cargo de la educación de las nuevas generaciones para lograr una escuela única, pública y laica, con una educación moralmente neutra, propia de un ... estado laico. Así es como la Lomloe (2020) constituye un paso más en este proceso. Para ello pretende dos objetivos fundamentales: limitar la oferta de una educación concertada, mayoritariamente católica, como garantía del pluralismo educativo y restringir las posibilidades de la enseñanza religiosa escolar católica (ERE), especialmente en los centros de titularidad estatal.
La Lomloe intenta vaciar el currículo de la ERE en primer lugar eliminando la asignatura alternativa y en segundo lugar haciendo que las calificaciones que se obtengan en la evaluación de la misma no se computen en las convocatorias de becas, etc…
En el Real Decreto que desarrolla el currículo de la ESO en la Lomloe, recientemente aprobado, se establece que la promoción y titulación de los alumnos no vendrá determinada por el número de suspensos, sino que la decisión quedará en manos del Equipo docente que decidirá si el estudiante tiene «expectativas favorables de recuperación». Por otra parte, se elimina la calificación numérica y los exámenes extraordinarios.
Suprime la filosofía que ayuda a pensar críticamente, aunque gracias de Dios más de nueve Autonomías deciden mantenerla,y todas las asignaturas han de estudiarse desde la perspectiva de género. Por ejemplo, la 'Educación en Valores Cívicos y Éticos' abordará asuntos como el «ecofeminismo», los «derechos LGTBIQ+», los problemas de «violencia y explotación sobre las mujeres», el respeto por la «diversidad étnico-cultural», la educación «afectivo-sexual» o la «memoria democrática».
Como se ve la carga ideológica no puede ser más abundante. También las Matemáticas –hasta ella llegan con sus mantras– buscarán el desarrollo socio-afectivo que ayude a derribar prejuicios y desarrollar emociones positivas hacia esta asignatura. Desaparecen las raíces o los logaritmos, pero se exige el reconocimiento de la contribución de las matemáticas «al desarrollo de los distintos ámbitos del conocimiento humano desde una perspectiva de género». Tendremos, no lo dudemos, «una generación de jóvenes semi-analfabetos, pero perfectamente instruidos en los dogmas de fe postmodernos» y adiestrados en la cultura del mínimo esfuerzo (Ignacio Camacho).
Almudena Molina da unos consejos prácticos a los jóvenes que quieran destacar en esta nueva pedagogía: «Si realmente quiere triunfar en el analfabetismo, de sobra sabe cuál es el complemento perfecto. No despegue la cabeza de las benditas pantallas, sí, esas que en el confinamiento le salvaron el pellejo. Sea usted magnánimo, copie y pegue todo de internet, no escriba nada por cuenta propia. Tampoco se moleste en copiarlo a mano, el esfuerzo es propio de espíritus serviles y usted nació con carisma de político contemporáneo, de esos que copian tesis doctorales y trabajos de fin de máster, de esos que escriben cartas apuñalando la gramática».
Terminemos sacando una conclusión: si practicamos la corrección política y no fomentamos la libertad de pensamiento, expresión e información, no viviremos en una sociedad democrática, sino en una 'colonización ideológica', con expresión del papa Francisco.
La barbarie comienza cuando no reconocemos que nos encontramos constantemente con auténticos misterios. O sea, con obstáculos que ninguna técnica podrá jamás salvar. De un enigma podemos saltar a cualquier otro. De un misterio, en cambio, no podemos librarnos nunca. La muerte, el amor, la culpa, la fecundidad, la desdicha, el perdón no son meros enigmas –muchísimo menos son solo problemas–. El arte y la filosofía los siguen. La técnica solo roza lo más externo de ellos.
Hay alternativas al sistema de educación que se nos quiere imponer. Una bien actual es la que plantea el profesor Torralba López en su libro 'Una educación liberal: elogio de los grandes libros' (Encuentro 2022) donde sostiene que la educación humanista debe tener tres rasgos ineludibles: cultivar la sabiduría, desarrollar la capacidad de juzgar y fomentar el interés por la verdad.
Resumiendo: buscar la verdad y servir a la persona. Esto no puede dejarse en manos de unas pocas asignaturas. Más bien, «lo decisivo es que el conjunto del plan de estudios contribuya al cultivo de la perspectiva sapiencial».
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