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Cada 8 de marzo, celebramos el Día Internacional de las Mujeres, una jornada mundial para luchar y reivindicar la igualdad, plena y efectiva, entre ... hombres y mujeres y lo que debe convertirse en el eje vertebrador de todas nuestras acciones y políticas. Porque situar al feminismo en el centro de nuestra agenda, es esencial para avanzar hacia una Cantabria más justa e igual. Es una seña de identidad.
La igualdad es cuestión de calidad de nuestra democracia, es garantía de que el bienestar se produzca para todas las personas y un principio fundamental.
Este 8M, es un día para agradecer y reconocer a todas aquellas mujeres que lucharon con valentía para que las mujeres y los hombres tengamos ahora una vida mejor que la que tuvieron ellas. Son mujeres coraje, mujeres admirables, madres y abuelas que se sacrificaron, que miran al presente y al futuro con una esperanza, entonces añorada, para que sus hijas y nietas vivan en una sociedad libre de desigualdad. Ellas abrieron camino a muchos logros y reivindicaciones y siguen siendo nuestro mayor orgullo y ejemplo. Debemos reconocer el camino ya recorrido y de quienes nos precedieron.
Cantabria afronta este 2022 un periodo de recuperación tras la pandemia de covid-19. Una crisis sanitaria, que ha conllevado a otra social y económica, que nos ha dejado visible la valentía de muchas mujeres que han estado en primera línea, desempeñando un papel extraordinario como las sanitarias, médicas, enfermeras, celadoras, limpiadoras, investigadoras, farmacéuticas, cuidadoras en residencias. Han sido valientes, generosas, tendiendo la mano a las personas asustadas, enfermas y a las que desgraciadamente perdieron la vida.
Ganaderas, mariscadoras, rederas, mujeres trabajadoras en las conserveras, mujeres pasiegas que iban a vender sus productos elaborados en un cuévano, mujeres que son básicas en la red alimentaria y que ya nos enseñaron lo que ahora entendemos como logros de sostenibilidad y de cuidado del planeta.
Educadoras, maestras, empresarias, políticas... todas ellas fueron tejiendo los logros que tenemos ahora. Y qué decir de nuestras pandereteras, folkloristas, recitadoras, poetas, escritoras, pintoras, deportistas. Pusieron la cultura al servicio de la reflexión, el disfrute y la vida comunitaria.
Es momento de agradecimiento y reconocimiento a todo lo que estas mujeres han conseguido, derechos de todas y de todos.
Por ello, debemos permanecer alertas para que lo que ellas conquistaron con enorme esfuerzo, ni lo perdamos, ni lo olvidemos, ni nos sea arrebatado.
Es mucho el camino recorrido, pero también son muchos los retos que tenemos por delante como la plena igualdad en el acceso al empleo y al desarrollo profesional, reduciendo la brecha salarial, implantando planes de igualdad que nos permitan ver dónde están las barreras y derribarlas, y no tolerando ningún tipo de acoso a las mujeres en el entorno laboral. Desafíos que también se presentan en el cuidado doméstico y en profesiones altamente feminizadas.
También tenemos un largo camino para dignificar, dar el valor que le corresponde y compartir las tareas de los cuidados de nuestras hijas e hijos. Esta pandemia ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan y debemos intervenir para paliar la situación. La corresponsabilidad permitirá un futuro en el que las mujeres participen de forma equitativa y paritaria en los puestos de toma de decisiones, en el desarrollo de la ciencia, y en la plena y efectiva igualdad.
No existirá recuperación si no es garantizando la igualdad de mujeres y hombres.
El feminismo reclama la defensa de los derechos de las mujeres en cualquier rincón de mundo. Debemos mirar hacia las mujeres que ahora mismo están viviendo una guerra, a aquellas a las que la imposición de un velo lleva aparejado la restricción de una ciudadanía plena, a aquellas que son mutiladas o las que las redes proxenetas traen a nuestro país, a Cantabria, para ser explotadas sexualmente.
No lograremos plenamente la igualdad si no conseguimos como sociedad el respeto a las mujeres. El respeto a su vida, a su integridad, a su cuerpo, a su libertad, a sus derechos humanos.
La lucha contra la violencia machista en todas sus formas sigue siendo una reivindicación prioritaria. Para una sociedad democrática es inaceptable que las mujeres vivan con miedo, amenazadas o sufriendo torturas. Debemos construir una sociedad cántabra en la que las mujeres no se compren ni sean vendidas. Nuestro modelo de sociedad es uno donde los cuerpos de las mujeres y niñas no puedan ser objetos de consumo al servicio de los deseos de otros. Esto requiere de grandes cambios en nuestra sociedad, especialmente entre los varones. Pero somos muchos varones los que también creemos que hay viejas y ancestrales formas de explotación a las mujeres que tienen que desaparecer.
Naciones Unidas ha elegido para este 8 de marzo 2022 el lema 'Igualdad de Género hoy para un mañana sostenible' con el objetivo de reconocer y visibilizar la contribución de las mujeres en la lucha contra el cambio climático. Las mujeres están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible. Potenciar la igualdad entre mujeres y hombres en un contexto de crisis climática es uno de los mayores desafíos del nuestro siglo.
Este es un mensaje que debemos reforzar, porque gracias a la lucha de muchas mujeres una generación va a florecer, porque gracias a las mujeres que se reúnen, trabajan, tejen redes a través del movimiento asociativo, surgirán otros nuevos con nuevas formas de hacer y nuevos objetivos, pero siempre con un mismo horizonte.
Salgamos de todas las situaciones difíciles, rompamos todas las barreras sin miedo y con valentía, con más igualdad, nuevos logros, derechos consolidados y el pleno respeto a las mujeres. Sigamos traduciendo nuestros compromisos, en hechos y realidades.
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