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Estamos acostumbrados, cada vez que hay unas elecciones, a escuchar que son trascendentales para los ciudadanos, pero las de este domingo, 14 de febrero son vitales para el futuro de Cataluña y las relaciones con el resto del país. El momento de acudir ... a las urnas en un Estado social y democrático de derecho, como es España, es fundamental para transformar y cambiar la sociedad, anteponiendo siempre el interés general de la ciudadanía.
La democracia que hoy disfrutamos en nuestro país es fruto de la lucha de las generaciones que nos precedieron, que vivieron una guerra civil y que lucharon contra una dictadura para conseguir, entre otros logros, algo tan asumido en estos momentos, pero no entonces: la libertad.
En este 14-F de elecciones, Cataluña y el conjunto de España nos jugamos mucho. Estamos inmersos en la mayor crisis sanitaria, económica y social que hemos vivido en muchas décadas debido a la pandemia provocada por el covid-19. A estas crisis en Cataluña se añade una más, la división y la confrontación que la sociedad catalana lleva viviendo desde ya hace demasiados años.
No podemos olvidar que hemos llegado a esta situación por la irresponsabilidad de algunos políticos catalanes que han antepuesto las señas de identidad por encima de los problemas reales de la sociedad catalana; las banderas por delante de la sanidad, la educación, las políticas sociales, la crisis económica, el desapego con la política, pero lo que es aún peor, incumpliendo en algunos casos, las reglas y las leyes de nuestro Estado de derecho y priorizando algo imposible: la independencia.
Sin embargo, no han estado solos. Los gobiernos del Partido Popular en España han contribuido, por acción u omisión, a que una parte de Cataluña se sienta menos parte de este proyecto común que es España. Cada vez que el PP ha gobernado en nuestro país las cifras de independentistas en Cataluña han aumentado de manera exponencial. Han utilizado el discurso de la confrontación de manera irresponsable con el único objetivo de ganar un puñado de votos en el resto del país sin importarles la ruptura que se estaba creando en la sociedad catalana.
Todo esto tiene que cambiar, y algo ya está cambiando gracias a la mano tendida y a las políticas de acuerdo y reconciliación que desde el Gobierno de Pedro Sánchez se están llevando a cabo. Pero para que todo llegue a buen puerto es necesario un cambio en el Gobierno de Cataluña, y este domingo es la oportunidad para lograrlo. Cataluña y el resto del país necesitan tender puentes, dialogar, reconciliar a una sociedad dividida y enfrentada entre ellos y también con el resto del país. La única alternativa real, solvente, con capacidad, voluntad y posibilidad de cambio es la que representa el candidato del PSC, Salvador Illa.
Illa representa los valores y las actitudes que se necesitan en Cataluña. Serenidad, templanza, capacidad de llegar a acuerdos y gestión eficaz en situaciones de crisis. Illa representa los necesarios puntos de encuentro, frente a quienes contribuyen a la división.
Cataluña necesita un presidente que dialogue y sea un nexo de unión e interlocución con el Gobierno de España. España necesita un presidente en Cataluña que de respuesta a los problemas reales, sin generar otros que distorsionen las relaciones entre las comunidades autónomas.
El próximo domingo los catalanes acudirán a decidir cuál es su futuro para los próximos cuatro años. Del gobierno que salga de las urnas dependerán también las futuras relaciones entre Cataluña y el resto de autonomías.
Los socialistas siempre hemos defendido la convivencia de Cataluña dentro de España, sin golpes de pecho, con hechos y acuerdos, reconociendo y respetando las singularidades catalanas como las de cada territorio. No concebimos una Cataluña fuera de España ni una España sin Cataluña.
A día de hoy solamente existe un partido y un presidente que puedan recuperar la esperanza y contribuir a superar la crisis sanitaria, económica y social, aparcando las divisiones y los enfrentamientos, remando junto al resto de España en un proyecto común. Ese partido y ese presidente son el Partido Socialista y Salvador Illa.
Después del domingo en Cataluña, en España queda mucho por hacer, muchos puentes que tender, porque las diferencias y posturas contrarias deben acercarse con diálogo y acuerdo.
Todos los partidos políticos tanto en Cataluña como en el resto de España debemos ofrecer alternativas al bloqueo, estando a la altura que exigen los ciudadanos. En este sentido, Salvador Illa es el camino de la esperanza.
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