Incógnitas

No sabemos todavía si el alcalde de Colindres, Javier Incera, ya ha tomado la decisión de presentarse que dejó en el aire en junio del año pasado. «No puedo descartar nada a futuro», dijo en una entrevista en este periódico en la que cargaba contra Zuloaga por «algunas carencias que no acababa de solucionar», entre ellas, su apuesta por el municipalismo. «Hay un dato brutal, la diferencia entre el resultado del PSOE en las municipales y las regionales es de 6 puntos y 20.000 votos», denunció en aquel momento. Pero desde entonces, silencio. Muchos en el partido, incluso en el sector crítico, dan por desactivada esta opción y no entienden la estrategia ni los tiempos elegidos por el regidor, levantando la liebre más de dos años antes del Congreso.

Otro alcalde, el de Cartes, también salió tarifando de la dirección del partido. Agustín Molleda dejó sus cargos orgánicos en noviembre del año pasado porque no compartía «una hoja de ruta que nada tiene que ver con mi forma de pensar y manera de actuar». Todos vieron aquel paso como un movimiento de cara a las primarias, pero el exnúmero 3 del PSOE aún no ha desvelado sus ambiciones, igual que otros nombres que han sonado fuerte en los últimos meses, como Pedro Casares y Ainoa Quiñones, ambos amparados por Ferraz.

Mientras tanto, Zuloaga sigue esforzándose por abducir lo que queda del Tezanismo a golpe de cargo público y chequera. Lo intentó con la propia Eva Díaz Tezanos a comienzos de año, cuando le ofreció la dirección de la Fundación Comillas. Pero su predecesora rechazó el puesto y, con él, los más de 60.000 euros anuales que lo acompañaban. Sí lo ha conseguido con Alicia Renedo, nueva directora general de Juventud, que ya estuvo al frente del departamento de Igualdad y Mujer en la anterior legislatura. Pero 'comprar' el silencio y los votos de este sector crítico no será tan fácil. O al menos así lo demuestra el hecho de que un grupo de militantes cercano a Díaz Tezanos haya confirmado que presentará una lista alternativa de delegados al Congreso nacional, paso previo a hacer lo mismo en el cántabro.

«En este PSOE caben muchas opiniones, pero cuando nuestros enemigos ven una brecha en nuestras filas, acuden rápidos con las cuñas para acrecentarla. Nos tienen miedo y por eso nos quieren débiles y separados», decía Zuloaga el pasado junio. Habrá que ver si consigue suturar esa brecha antes de que sean sus propios militantes los que pongan las cuñas.