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El año 2022 comienza con la meta de resolver asuntos pendientes desde hace muchos años. Cuando la legislación se aleja de la racionalidad se producen situaciones absurdas y contradicciones que terminan en callejones sin salida. Un ejemplo paradigmático es la sentencia firme que obliga a ... demoler la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Vuelta Ostrera, en Suances, una obra que costó millones de euros, que ha permitido limpiar las aguas del Saja-Besalla y regenerar la costa de Suances y aledaños. El proyecto se redactó por los técnicos del plan de saneamiento del Besaya con la asesoría de la Universidad de Cantabria.
La sentencia del Tribunal Supremo que obliga a destruir el complejo que limpia las aguas fecales, antes de ser vertidas al río, está pendiente de ejecución desde hace años. La eliminación de la planta de tratamiento de aguas residuales y la construcción de otra nueva supone un gasto de más de cincuenta millones de euros, para lograr el mismo resultado sobre la limpieza del río que se produce en la actualidad. Además de ese elevado coste se presenta otro capítulo preñado de incertidumbres y sombras: la ubicación de la nueva EDAR. Se barajan varios lugares. Todos presentan graves inconvenientes y despiertan la oposición de los vecinos de las zonas seleccionadas.
La actual ubicación en Vuelta Ostrera ofrece ventajas sobre cualquiera de las alternativas: apenas tiene impacto visual, está alejada de los núcleos urbanos y no ha generado problemas durante sus ya muchos años de funcionamiento. Las nuevas propuestas abren una cadena de conflictos de difícil solución. El primer asunto de especial trascendencia lo ha puesto de manifiesto el líder de Ciudadanos, en unas declaraciones a El Diario Montañés en las que plantea la descontaminación de los terrenos de la denominada 'isla Solvay' en la ría de San Martín de la Arena, una ubicación elegida para construir la nueva EDAR. Esa isla acumula vertidos de materia altamente contaminante de Solvay, depositados durante décadas. Iniciar la tarea de retirar esos materiales supondría un coste de más de veinticinco millones de euros y, sobre todo, poner en riesgo alto de contaminación a la ría de Suances, ya que el movimiento de tierras en esa zona entraña un serio peligro de que una buena parte de esos contaminantes se viertan a la ría, con lo que se produciría una catástrofe ecológica.
Los expertos descartan esa solución por el riesgo y por el elevado coste. Con ese planteamiento la lista de posibles terrenos para construir una nueva EDAR se reducen y no aparece una ubicación aceptable para los vecinos. Con estos datos, es evidente que la ejecución de la sentencia de demolición de la estación de Vuelta Ostrera ofrece serias dificultades. Una solución legal y razonable sería el 'indulto' de la pena de muerte a la EDAR. Jurídicamente el asunto no se presenta fácil, aunque una vez que se ha indultado a golpistas no sería descabellado. El catedrático de Derecho de la UC, José Manuel Alegre Ávila, ha escrito, en las páginas de este periódico, algunos textos que avalan la expropiación de la sentencia con impecable razonamiento jurídico.
Indultar una infraestructura no solamente es viable, sino que ya existen precedentes y no lejanos geográficamente. Hace décadas se construyó una variante de la carretera de acceso a Santoña, alternativa a la ya existente que pasa junto a la cárcel de El Dueso y la playa de Berria. Esa nueva vía ha sido un avance sustancial en el acceso a la capital de la anchoa... pero también tuvo que superar una sentencia firme de demolición por afectar a la marisma, declarada una reserva biológica. Ante el perjuicio que suponía eliminar el nuevo acceso se llegó a un acuerdo que permitía mantener la nueva vía y al mismo tiempo no afectar a la marisma: por una parte, se elevó la calzada con unos pilares que permiten el flujo de las mareas y la vitalidad de la marisma. Por otro, se invirtió una considerable cantidad de dinero en mejorar la depuración de los vertidos y en tareas de regeneración de la flora y la fauna.
Ante la situación de bloqueo en que se encuentra la EDAR de Vuelta Ostrera lo más acertado parece alcanzar un acuerdo similar al logrado en Santoña: mantener la actual depuradora, que funciona razonablemente bien y en lugar de malgastar decenas de millones en una obra que dejará la situación en las mismas condiciones que en el presente, destinar una partida importante de fondos para mejorar las condiciones de la ría y construir el emisario submarino que lleve los vertidos -ya depurados- a alta mar.
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