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Uno. ¿Tú lees ese periódico? Un conocido me hizo esa pregunta; mejor dicho, no era una pregunta, era un reproche, una censura, una acusación, un juicio moral. Su lógica es muy simple: existen periódicos buenos y malos, de prestigio e impresentables. En definitiva, prensa para ... la gente que sabe, que tiene talla intelectual y que está por el progreso social y, por otro lado, diarios que solo los leen las personas que están en el otro extremo del arco ideológico, moral e intelectual.
¿Qué periódico era ese? Pues se trataba de 'ABC'. Según el censor se trata de un diario que no debería caer en mis manos, considera que esa prensa me puede contaminar. Pues bien, en ese momento me apeteció responder a la pregunta capciosa. Mira, le dije, este periódico tan 'sospechoso' dedicó hace unos meses 72 páginas a hablar de cultura; el suplemento 'ABC Cultural' cumplió 30 años y escriben (o entrevistan) personas tan poco 'recomendables' como: Muñoz Molina, Pérez-Reverte, Luz Casal, Antonio López, José Luis Garci, César Antonio Molina, Santiago Muñoz Machado... Y se habla de literatura, de teatro, música, cine...
No hace mucho, otra persona me censuró al encontrarme escuchando la COPE. Su comentario fue semejante al siguiente: «Esa emisora solo sabe atacar al Gobierno; está llena de fachas y de curas de antes del Concilio».
Otros conocidos me hacen las mismas críticas cuando ven que leo 'El País' o que escucho la Cadena Ser. Y hay gente que, presumiendo, subraya de forma enfática: «Yo jamás veo los informativos y programas de esa cadena de televisión; me pongo enfermo».
La situación me recuerda la canción de Paco Ibáñez (letra de Brassens) 'La mala reputación': «No, a la gente no gusta que/ Uno tenga su propia fe (...) Todos todos me miran mal/ Salvo los ciegos, es natural (...)/ En el mundo pues no hay mayor pecado/ Que el de no seguir al abanderado».
Dos. Claro que cada medio de comunicación tiene una línea ideológica, y un estilo singular. Y, como es natural, cada periódico y emisora de radio y cadena de televisión contrata a unos periodistas y no a otros, y escoge a sus colaboradores, y dedica tiempo y espacio a unos asuntos y no a otros. Es normal, no puede ser de otra manera. La ideología, los intereses y la singular visión del mundo forma parte de la condición humana. Los periodistas son hombres y mujeres con particulares ideologías y percepción de la realidad, como también lo son los lectores y las personas que van en autobús. En una sociedad plural y libre los ciudadanos pensamos y opinamos de forma diferente; pensar del mismo modo es propio de las sociedades autoritarias y de las sectas.
Por otra parte, en esta sociedad democrática, de libertades, sin censura, y organizada en un Estado de Derecho, cualquier medio de comunicación 'profesional' responde, en mayor o menor medida, a esa pluralidad y libertad. Sí, me refiero a periódicos y periodistas, serios, profesionales, responsables, no a los boletines de una secta, no a predicadores políticos o religiosos, no a propagandistas o a embaucadores. No soy ingenuo, claro que existe prensa y comunicadores que responden a estos últimos perfiles y, por tanto, hay que estar atentos para no ser manipulados; pero lo anterior no debe llevarnos a tachar de un plumazo a todo el periódico.
En otros términos, aunque, como es lógico, cada uno de nosotros prefiere unos medios de comunicación frente a otros y aplaude a unos periodistas y critica a otros, seguro que en cualquier periódico podemos encontrar alguna información de interés; y, también, si nos olvidamos por un momento de los prejuicios, seguro que en el comunicador que nos resulta menos simpático, en algún momento encontramos una idea o aportación significativa.
Tres. A algunos grupos de mis alumnos les indico que, entre otros trabajos, a lo largo del curso deben escoger y analizar-comentar el contenido de los periódicos. Les digo que tienen que presentarme informaciones, elegidas libremente, de diversos periódicos y de diferentes contenidos: editoriales, artículos de opinión, reportajes, noticias de agencia, cartas al director... También les encargo que comparen cómo tratan diversos medios un mismo asunto.
Les explico que con ello pretendo que observen que la realidad social es plural, y que si escuchan y leen con la mente abierta y sin prejuicios, las diversas opiniones, seguro que concluirán que conocer las diversas caras y perspectivas de los sucesos y fenómenos sociales, económicos, políticos..., es enriquecedor y, además, es inteligente. Les digo que el pensamiento único no es propio de personas con criterio y capacidad crítica. Eso sí, seguir al líder y/o asumir las consignas que difunde la tribu, sin rechistar, sin pensar, es cómodo y, además, no se corre el riesgo de ser criticado. Cada uno de nosotros puede elegir el medio o los medios de comunicación que quiera para estar informado, pero, por supuesto, ninguno es neutro; nada ni nadie lo es.
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