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Un reciente informe, realizado por el Grupo Asesor Científico para Emergencias del Reino Unido, en adelante SAGE, ha provocado la aparición en algunos medios de titulares francamente alarmantes, como por ejemplo: 'Reino Unido alerta de una nueva variante que podría ser mucho más ... letal'. Alguno de ellos alerta que esta mutación podría causar una tasa de mortalidad del 35%, una cifra que la situaría en niveles de letalidad similares a los del síndrome respiratorio de Oriente Medio, también conocido como MERS. Y aunque el estudio existe, y dice cosas preocupantes, no es el momento de entrar en pánico. Si olvidamos los titulares y buceamos en la información, encontramos que lo que plantean los expertos del SAGE es una hipótesis, en la que observan cuatro posibles escenarios que se pueden presentar a partir de nuevas variantes: mayor gravedad de la enfermedad, variantes a las que no puedan responder las vacunas actuales, variantes resistentes a tratamientos antivirales y, por último, una mayor transmisión del coronavirus, pero que este se vuelva menos virulento.
El primer escenario es el que ha provocado los titulares sensacionalistas; plantea la aparición de nuevas variantes de mayor gravedad, con mortalidades similares a la del SARS o el MERS. Según los expertos, este escenario podría deberse a mutaciones puntuales, o a la recombinación con otros genes del huésped. Esta recombinación provocaría cambios en los genes propios del SARS-CoV-2, como, por ejemplo, el que codifica las proteínas de la polimerasa: estos genes determinan el resultado de la infección al afectar la forma de propagación del virus. Para los expertos británicos, este escenario es probable mientras la circulación del coronavirus siga siendo alta. Entre las soluciones para hacer frente a esta posibilidad, contemplan reforzar la vacuna con una tercera dosis, controlar la llegada de variantes de otros países, e incluso vacunar animales, si fuese necesario.
El segundo escenario plantea la posibilidad de que una variante del coronavirus no sea afectada por las vacunas actuales. Los expertos indican que la probabilidad de que ocurra este escenario es muy elevada, dada la capacidad de mutación del coronavirus. Entre las soluciones barajadas ante esta posible situación, el SAGE recomienda el desarrollo de vacunas que cubran las nuevas variantes, y volver a vacunar a los grupos de edad más vulnerables, entre otras indicaciones.
El tercer escenario prevé la aparición de nuevas variantes resistentes a tratamientos antivirales. Esta situación podría originarse debido a la administración de antivirales de acción directa como tratamiento de la enfermedad, lo que puede provocar la selección de variantes resistentes a los mismos. Los expertos ven este escenario probable, si los medicamentos no se usan correctamente. Ante esta situación, el SAGE recomienda conservar el uso de antivirales para emergencias, cuando la variante del covid sea más grave; y usarlos con precaución en personas inmunodeprimidas.
El cuarto y último escenario que se prevé en el informe implica que el coronavirus siga una trayectoria evolutiva, en la que aparezcan variantes con mayor transmisibilidad, pero con disminución de la virulencia. En resumen, que se adapte al ser humano y pase a convertirse en una enfermedad común endémica, como la gripe. Los expertos califican esta situación como improbable a corto plazo.
El estudio señala que la erradicación total del virus es improbable, y que el impacto de las futuras variantes dependerá de las medidas de control. Debemos tener todos muy claro que las mutaciones son inevitables e impredecibles, y que la única forma de frenar la propagación del coronavirus es la vacunación. Mientras siga circulando, cualquiera de estos escenarios es posible.
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