El mundo de los hongos

Así, creo que debería buscar labores más propias de los numerosos trienios que acumulo en el carné. Y para intentar buscar mi sitio, debería comenzar por ser comercial de mí mismo y seguir las exigencias cruciales del oficio, como orientarme a objetivos, quizá por solsticios, tener capacidad de negociación con horarios y tareas, y ser proactivo, que me cuesta, y disfrutón, que esto me sale de naturaleza.

Al valorar estos requisitos, me parecen más adecuados para buscar empleo de vendedor de setas, y vuelvo a descartar el mundo de los hongos. Y sueño con aficiones más emocionantes, como 'groupie' en Moncloa o en Waterloo o Suiza o donde narices pare Puigdemont. Eso sería apasionante porque levitas al servir a los líderes y, además en el segundo caso, ves mundo. Pero lo más de lo más, lo que me llevaría a hallar sentido a mi búsqueda de emociones fuertes, sería convertirme en biógrafo de Ábalos, con su existencia disoluta y disfrutona, y las setas ya casi que las compro en la tienda.