Alguien se está forrando

Se mire como se mire no es razonable que un médico dedique buena parte de sus codiciadas horas de trabajo a rellenar partes de baja laboral ni que un profesor, en vez de preparar con esmero sus clases, tenga que pelearse con Yedra –qué horror y sufrimiento también para los padres– a lo largo de un vericueto de interminables informes que rara vez sirven para algo.

Es un evidente problema de gestión agravado por otro enigma que da calambre. Quizás porque mueva millones de euros de dinero público adjudicados a empresas privadas para megaproyectos informáticos que, en muchos casos, son un espantajo. Herramientas de gestión, algunas deficientes y poco intuitivas, que actúan como verdaderos compartimentos estanco. ¿Tiene acaso algún sentido que ustedes vayan a pasar un fin de semana a Palencia y el médico que les atienda en las Urgencias del Hospital no tenga acceso a su historial médico? ¿Es lógico, en pleno siglo XXI, que un madrileño que veranea en Comillas y necesite asistencia en el centro de salud tenga que contar al personal de guardia la perorata de sus antecedentes porque el facultativo, a golpe de click, no tenga manera de acceder al perfil de ese paciente? ¿Es acaso normal que el departamento de recaudación de impuestos de la Hacienda Autonómica de Cantabria y Murcia utilicen diferentes herramientas informáticas para realizar la misma función? Pues eso. Que alguien se está forrando y no somos ni usted ni yo.