Borrar

Tratando de separar las ideas de las ocurrencias, escasos debemos andar de imaginación cuando uno de los debates de estos últimos días es la viabilidad ... de la carretera que separa Reinosa y Potes. A falta de originalidad, bien está recurrir a las visiones que el mismísimo Hormaechea albergó en algún momento para, supuestamente, dinamizar el valle del Nansa, Liébana y Campóo. Poca broma. Algunas de esas ensoñaciones se convirtieron en realidad. De lo contrario, jamás se hubieran sacado adelante proyectos como el Parque de Cabárceno, el Palacio de Festivales o la cómoda carretera que nos lleva a Bárcena Mayor. Nadie discute la efectividad de aquel empecinamiento. Tampoco sus formas trumpistas que hoy harían la delicia de más de un tuitero, ni los laxos filtros de control administrativo en un momento en que España se subía al tren del desarrollo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Una campaña impagable