Deuda de mínimos, futuro brillante

En el Ayuntamiento de Santander tenemos muy claro que mantener una economía sólida y saneada es clave para el desarrollo y funcionamiento de una ciudad y para la protección de sus ciudadanos.

Por ello, llevamos muchos años ejerciendo un estricto ejercicio de rigor y contención, con una gestión responsable y prudente de los recursos públicos que nos ha permitido reducir deuda a niveles envidiables.

Los datos apuntalan el relato: en la evolución de los últimos diez años, la deuda en el Ayuntamiento de Santander se ha reducido en 85 millones de euros (un 72%), y, en lo que llevamos de legislatura, seguimos con la misma tendencia, con un descenso de 15 millones (un 31%), que supone 85 euros menos por cada habitante, hasta rebajar la deuda per cápita hasta los 186 euros.

De este modo, hemos pasado de una deuda de 116,9 millones de euros en 2015 a 32,4 millones al cierre de 2024.

Estas cifras, que representan un contundente indicador de solvencia económica, adquieren especial resonancia si se comparan con las que presenta la administración que debe velar por los intereses de todos los españoles: el Estado dirigido por el Gobierno de Pedro Sánchez.

La ineficacia gestora y la política manirrota del Ejecutivo socialista y sus socios nos condenan a una deriva que amenaza ruina. Desde que gobierna Sánchez, la deuda se ha incrementado en más de 425.000 millones, lo que supone que cada día aumenta 183 millones, a un ritmo de 130.000 euros por minuto.

Cada español debemos más de 33.000 euros arrastrados por una irresponsable política del Gobierno central, que presume de unos datos económicos muy engañosos, pues apenas suponen pan para hoy y auguran hambre para mañana.

Un tibio crecimiento económico (2,7%) no tiene sentido si está basado en un endeudamiento que lo duplica (4,7%) y que aumenta de forma desaforada y constante hipotecando el futuro de las próximas generaciones. Disparar con pólvora del rey nunca sale gratis, al final alguien tiene que pagarla.

A Sánchez le gustan tanto las trampas que también las hace jugando al solitario, de modo que conduce a nuestro país por una senda económica totalmente adulterada y dopada por los efectos del gasto público y la subida masiva de impuestos.

Frente a esa ineficiencia gestora y distorsión de la realidad económica que muestra el Gobierno central, en el Ayuntamiento de Santander llevamos tiempo trabajando con rigor para conseguir logros muy importantes en la reducción del endeudamiento.

Un esfuerzo que nos proporciona solvencia y potencial inversor, porque tenemos más recursos con los que afrontar actuaciones futuras, con el respaldo de una economía saneada y con capacidad de endeudamiento.

En este sentido, hay que apuntar que hemos cerrado el año 2024 con un nivel de endeudamiento del 16%, muy por debajo del límite del 75% que marca la ley para pedir autorización para concertar operaciones de crédito a largo plazo.

Además, en los últimos diez años, hemos rebajado en un 72% la deuda bancaria, que se sitúa hoy en mínimos históricos, de tal forma que hemos cerrado 2024 con una cifra de 30 millones.

Al mismo tiempo, hemos encadenado años de superávit que nos han proporcionado margen presupuestario que hemos podido utilizar para reducir deuda, realizar las inversiones que necesita la ciudad y paliar las contingencias que han ido surgiendo.

Son datos y ratios que sitúan al Ayuntamiento de Santander en una posición de estabilidad financiera privilegiada y, lo más importante, todo ello sin hipotecar a nuestros vecinos ni repercutir esas actuaciones en sus bolsillos a través de subidas de impuestos.

Son bazas que nos aportan una holgura económica y una solidez estructural que nos permite mirar el futuro con ambición, y poder desarrollar proyectos importantes y transformadores que iniciarán sus primeros pasos este mismo año.

Nuestro compromiso con los santanderinos sigue siendo el de utilizar con la máxima responsabilidad cada euro que administra el Ayuntamiento y el de trabajar con rigor en favor de la ciudad y en beneficio del presente y el futuro de nuestros ciudadanos.

Frente a aquéllos que gobiernan con la perversa convicción de que el dinero público no es de nadie, nosotros siempre hemos gestionado las cuentas municipales con sentido del deber y amplitud de miras. Así, el resultado es una economía fuerte y sólida, con liquidez, solvencia, reducido endeudamiento y un potencial que nos permite enfocar con la mayor garantía el futuro de Santander y el de sus vecinos.