La solución de conflictos

Los defensores tienen derecho a reservarse las acciones de agravio que crean oportunas y les ampara la fuerza de saberse en justa acción de defensa; por ello, estos, no tienen tope en sus acciones salvo el que el miedo contra el energúmeno pueda producirles. Están en su justo derecho de repeler el ataque en la forma y modo que consideren oportuna, tienen la razón de la legítima defensa.

Defenderse medrosamente puede ser causa de un segundo ataque de la fiera más extremo y demoledor. Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. A mí no me cabe duda; es más, actuar en defensa dubitativamente puede acrecentar la fiereza del atacante y acabar con la resistencia del agredido. Si partimos del dicho 'el que da primero da dos veces', es notorio que en este caso se cumple. Por ello es de total necesidad dar una respuesta sin vacilaciones y con todo el material que sea preciso acopiar por Ucrania con la fortaleza y poder con que puede hacerlo la Unión Europea.

Pasos vacilantes llevarán a perder la guerra y envalentonar a Rusia que ya está saboreando las mieles del triunfo por la tímida reacción de los países aliados cuyas zozobras y discusiones sobre los pasos a tomar están embocando a Ucrania a perder la guerra y a meter a Rusia a un paso de Europa, y muchos países aliados están ya preguntándose si serán los siguientes en claudicar ante el poderoso y altanero Putin. Se trata de tomar el toro por los cuernos y enviar a Ucrania cuantas armas, municiones y aviones pida, dotados de la más moderna tecnología con el fin de asestar un duro golpe al invasor, recuperar espacios y proteger las lindes y fronteras de Ucrania con Rusia. Los europeos no debemos sentir la amenaza del déspota sobre nuestros gaznates; hay que golpear duro y hacerle retroceder a sus dominios y dejar una zona de desarme, inviolable con las armas siempre apuntando y protegiendo. Está claro que Europa y los aliados han alcanzado unas cotas de libertades y bienestar que Rusia envidia, y que no dispone de los instrumentos democráticos que aquella ha adquirido con la perseverancia, el trabajo y el sacrificio consiguiente para alcanzar esos preciados valores. Los niños rusos están desamparados, pasan hambre, el sistema oligarco ruso impide un desarrollo próspero, los ciudadanos carecen de derechos civiles que a otros han costado lustros, luchas y guerras devastadoras. Por lo que renunciar a los logros cosechados no es plausible y por consiguiente defender con uñas y dientes lo cosechado hasta el presente es un mandato que nos viene del pueblo sufridor. No defraudarlos es tarea de los políticos y es necesario subirse al caballo de nuevo en aras de los eternos valores alcanzados. Pese a haber perdido gran parte del apoyo europeo, el que mejor ha sabido ver la necesidad de una reacción fulminante ha sido el primer ministro del Reino Unido. En esto quitémonos el sombrero ya que además no atraviesa una situación boyante que digamos. El líder británico ha tomado posesión de la heroica frase de Churchill: «Nunca tantos debieron tanto a tan pocos», y ha enarbolado la bandera de la lucha en todos los terrenos y con todas las armas para repeler, destruir y devolver a su lugar a las huestes invasoras rusas. Ojalá lo consigan los héroes que han de dar la dura batalla en el frente, para defender y resguardar los valores que tanto ha costado alcanzar a los aliados. Recuérdese el desembarco de Normandía en la lucha contra la tiranía y la opresión, allí no dudaron a la hora de montar un poderoso ejército con el apoyo, el suministro de equipos y hombres de Canadá, USA y demás aliados.