Criminales chic

Imagina que estás tranquilamente en tu coche, parado en un semáforo, cuando alguien abre la puerta del copiloto, se sienta a tu lado y te pide que le lleves al hospital de Basurto. Pero vamos, que como si quiere ir al Guggenheim o San Mamés, aunque no haya partido: tú le llevas donde te diga, aunque sea un tipo raro enfundado en una gabardina y acabe de robar un banco; le obedeces, más que nada, porque tiene una pistola y te está apuntando con ella.

La historia, por cierto, acaba bien para el conductor –es decir, que sale ileso, que es lo verdaderamente importante–, pero además el atracador antes de bajar del coche le deja un regalito en la guantera: 200 euros. Luego, se pierde entre el gentío, que ya se sabe cómo está la Seguridad Social, y nunca más se supo.

¡Qué estilazo!, ¿verdad? Y encima dejando propina. Pero igual se nos está yendo de las manos tanto cine negro y tanta serie criminal, que ya hasta los manguis quieren ir de guays. Y a ver, que 200 euros por una carrera no los gana mi amigo Pedro Cava todos los días con su taxi, pero no creo que compensen ni de lejos el susto que se llevó el pobre conductor. En psicólogos seguro que se va a gastar bastante más, solo para quitarse el susto.