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Sucede que llegas a la mediana edad y alucinas con la cantidad de cosas que todavía puedes aprender. Y todas malas, por supuesto. Por ejemplo, los nuevos tipos de odio, ese material con el que antiguamente se fabricaban los chistes faltones y que siguen sin ... tener ni puñetera gracia, aunque lo que ahora sí que tienen es nombre.

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eldiariomontanes El deporte de odiar