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Resulta que todos los que no podemos comprar una casa a tocateja somos pobres. Nos lo acaba de explicar esta misma semana la concejala de ... Vivienda de Málaga, quien en realidad seguramente quería decir otra cosa, pero lo que le salió fue más bien un: «También hay malagueños que pueden pagar los pisos sin hipotecas, no todos son pobres», que lo mires por donde lo mires viene a contarnos que cómo mínimo el 65 % de los españolitos estamos en la miseria, y eso tirando por lo bajo.
A ver, que en realidad algo ya sabíamos, pero tampoco hacía falta que vinieran los políticos a echarnos en cara nuestra pobreza. Porque la gran mayoría, si a Broncano le diera por entrevistarnos, tendríamos que tirar del marcador sexual, porque nos daría mucho más apuro que nos vieran la cuenta corriente.
Lo raro es que aquí nadie es pobre. O al menos no se ve a sí mismo como tal. La palabra 'obrero' es un recuerdo del pasado, y todos los trabajadores estamos convencidos de pertenecer a la clase media. Por eso nunca recomiendo a ningún amigo que lea 'Chavs', de Owen Jones, no se vaya a enterar de lo que es realmente ese selecto club de profesionales liberales y altos funcionarios.
En fin, que sí, que somos unos muertos de hambre que para vivir por encima de nuestras posibilidades vendemos nuestra alma a los bancos. Aunque hace ya unos años que el gobierno regional decidió que solo merecían ayudas sociales aquellas familias que ganasen menos de 35.000 euros brutos al año, hipotética frontera entre la pobreza y la riqueza. Lo que nadie te explica cómo ahorrar con ese sueldo para comprarte un piso… como si fueras un futbolista, un narco… o un malagueño rico.
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Ana del Castillo
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