Teletransporte

Cuesta creerlo, claro, pero ¿quién nos iba decir a los chavales de los ochenta que íbamos a poder hacer videollamadas como Telémaco en 'Ulises 31'? Cierto que los coches todavía no han llegado ni se les espera, pero bueno, al menos el combustible ya está por las nubes, así que todo se andará. De momento, nos tendremos que contentar con el teletransporte, que esperemos que dure un poco más que el teletrabajo, del que nunca más se supo. A ver si por lo menos sirve para arreglar lo del absentismo laboral, que ya total, si te ahorras el camino…

Eso sí, al final será un poco más cutre de lo que nos gustaría. En lugar de puertas interestelares, resulta que hay que moverse por «agujeros de gusano». Aunque el nombre, la verdad, invita poco o más bien nada al viaje, estaría bien que lo implementaran pronto, a ver si acabamos con los atascos de la A67 o la turborotonda de Valdecilla. Ahora, que lo hagan bien, ¿eh? No se lo vayan a encargar a los ingenieros de los trenes de la Renfe, y luego no quepamos en el túnel temporal. O a algún fenómeno de Obras Públicas y acabemos teniendo que pagar peaje.