Un tiempo maldito

Uno de esos periodos estelares son los años treinta españoles. La Segunda República y la Guerra Civil nos apasionan como si no hubiera pasado casi un siglo. Sin embargo, pocos nostálgicos hay de los años cuarenta y cincuenta. Es decir, de esas dos décadas a las que aludimos vagamente como 'la posguerra', y que parece hubieran transcurrido en un país que nada tuvo que ver con los felices sesenta y la euforia del desarrollismo, o los setenta y la victoria de la democracia. Las películas y libros sobre la Guerra se cuentan por centenares, pero a partir de 1939 se diría que hay un apagón creativo: 'Luna de lobos', 'Beltenebros', 'Los girasoles ciegos' y pocos títulos más se habían atrevido a abordar esos años. ¿Sería por falta de interés, por lo doloroso de los acontecimientos o por aquello del 'mejor no menearlo'? En cualquier caso, en los últimos años parece haberse despertado el interés por esos años olvidados. Abrió el sendero Andrés Trapiello con su 'Madrid 1945'; lo siguió Nicolás Sesma, que decidió escribir 'Ni una, ni grande ni libre' asombrado por lo poco que sus alumnos de la facultad sabían del franquismo. En Cantabria, Julián Sanz Hoya ha realizado una reconstrucción minuciosa y rigurosísima.

Aunque el gran retrato literario de esa época es 'Castillos de fuego', una novela en la que Ignacio Martínez de Pisón refleja cómo vivieron realmente aquellos años los españoles de a pie. No se lo pierdan este 'martes literario' en La Magdalena.