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La actual crisis política que simultáneamente están atravesando Francia y Alemania puede tener consecuencias trágicas para el proyecto de Unión Europea que viene desarrollándose desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
Me refiero al desaforado crecimiento de la extrema derecha en ambos países. En Francia, ... la Agrupación Nacional de Le Pen ya se ha convertido en la primera fuerza política, por delante del partido de Macrón (Renacimiento/República en Marcha) y los Republicanos (liberales, conservadores, democristianos y gaullistas). Alternativa para Alemania (AfD) es la primera fuerza en el importante lander de Turingia y está muy cerca de la Democracia Cristiana (CDU) en la totalidad de la antigua Alemania del este. Teniendo en cuenta que Italia ya está siendo gobernada por la extrema derecha, que hoy por hoy se viste con piel de moderada pero ya veremos cuánto tarda en sumarse al proyecto liderado por Víctor Orbán, uno puede imaginarse el tamaño de la tragedia que se cierne sobre todas nuestras cabezas.
Visto lo que está sucediendo en las tres primeras potencias europeas, no sé por qué demonios la derecha de la cuarta potencia se agarra al clavo ardiendo de que «España es diferente» y Vox nunca va a fagocitar al PP. El riesgo es evidente.
Por si fuera poco, la segunda fuerza en Francia es un frente popular liderado por la extrema izquierda. En cuanto Alemania, una extraña extrema izquierda nacionalista y xenófoba es la tercera fuerza en la antigua Alemania del este, por delante de socialdemócratas verdes y liberales.
El denominador común de ambos extremos es el rechazo de la idea central de la Unión Europea: una Unión supranacional que actúe como bloque autónomo en un nuevo orden mundial multilateral. Los extremos la sustituirían por una 'Europa de las patrias' que relegue a segundo término la citada idea central. El otro punto en el que coinciden, si bien con diferente intensidad, es en el rechazo de la inmigración, mostrando diferentes grados de xenofobia.
Ilustraré el problema con el ejemplo francés, teniendo muy presente que la gran mentira (o verdad alternativa) de 'Rassemblement National' sobre la situación de Francia es paradigmática de las mentiras equivalentes que hoy circulan por todos los países europeos: Francia se está colapsando; la violencia ha estallado en las provincias por causa de inmigrantes no asimilados ni asimilables; según las encuestas, el país está al borde de la guerra civil; es el país más endeudado del mundo; campeón de la pobreza y el desempleo, los gobernantes han cerrado las fábricas… Que Francia está en decadencia lo cree el 82% de la población. Un rosario que seguro le suena muy familiar pues también se reza en España.
La realidad real nos dice lo contrario. Francia gasta el 24% de su PIB en protección social, con diferencia el más alto de la Unión Europea. Ha desarrollado un sector económico boyante, tres de las cinco corporaciones más valoradas de la UE son francesas, la mayor de todas –Louis Vuitton– está valorada cinco veces por encima de Mercedes Benz. Y son industrias que, como el turismo, no pueden ser relocalizadas en China porque lo que venden es el 'Made In France'. El 7,5% de desempleo es el más bajo de los últimos 30 años. La cifra de asesinatos se ha reducido a la mitad en ese mismo periodo. Debido a sus abundantes centrales nucleares produce la energía con menor índice de dióxido de carbono del mundo… El nombramiento de Michel Barnier como primer ministro augura el futuro de las citadas políticas.
¿Por qué entonces hay tanto descontento? La respuesta suena familiar: en 'la Francia vaciada' la mayoría de las ciudades fuera del circuito turístico están llamadas a desaparecer; cierran sus comercios, sus escuelas, sus centros de asistencia sanitaria, no tienen oficinas de correos ni estación de tren. Louis Vuitton exporta más que el conjunto de la Francia agrícola; pero no crea ni la millonésima parte de puestos de trabajo.
Todos esos pueblos votan a Le Pen. Se tragan su discurso a pesar de que sus promesas (cerrar las fronteras a la inmigración; fabricar localmente todo lo que se importa; reducir a la vez los impuestos y la deuda pública y aumentar los gastos a lo grande) de llevarse a cabo producirían inflación y un aumento de la deuda, a la vez que deterioro de la protección social, a niveles nunca vistos.
La susodicha política llevaría a un aumento desaforado de la prima de riesgo de sus bonos del tesoro; el costo del rescate financiero de Francia (o Alemania) sería inaceptable. Esta es la actual tragedia europea: la amenaza de que los parlamentos se vean dominados por minorías extremistas que le impongan su voluntad a los partidos tradicionales en apuros. Ultranacionalistas a carta cabal, van a socavar a la Unión Europea y el euro como nunca antes para luego tomar la vía inglesa que llevó al 'Brexit'.
¿Qué sería de la UE si Francia o Alemania salen del euro?
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