¿Existe Cuba?

Las condiciones de vida y la falta de expectativas son las causas de esta situación. Son demasiados años viendo los cubanos cómo el actual sistema político de la isla no garantiza su futuro y su progreso. No llegan las reformas que favorezcan la iniciativa privada, la inversión extranjera y la capacidad productiva del país.

La situación económica, la inflación, las colas para conseguir comida, los apagones continuos, la escasez de casi todo, el deterioro de los servicios públicos, incluidos los vinculados a la salud, la degradación de la producción agrícola, incentivan a la población a abandonar el país. La crisis migratoria provoca un empobrecimiento demográfico y profesional de la isla.

Son especialmente los artistas jóvenes, por la falta de libertades, quienes en los últimos años han articulado con mayor energía la oposición al gobierno cubano. Muchos de ellos han sido perseguidos, encarcelados o forzados a salir del país. La mayor manifestación registrada en Cuba se produjo el 11 de julio de 2021. El 'Patria o Muerte' de la Revolución fue sustituido por el grito 'Patria o Vida'. La represión produjo un muerto, decenas de heridos y más de 1.300 detenidos que fueron multados y 300 condenados a penas de cárcel. El Observatorio Cubano de Conflictos ha detectado entre septiembre de 2020 y octubre de 2022, más de 6.600 protestas ciudadanas.

El gobierno cubano sigue señalando a Estados Unidos como el culpable de la situación. La realidad es que los ingresos de la economía cubana han caído y la situación es hoy similar a la que se vivió en la isla cuando cayeron los países socialistas y la URSS desapareció. El Estado cubano no hace viables hoy los servicios públicos esenciales, lo que agudiza la pobreza y la tensión migratoria.

Un diálogo entre las autoridades cubanas y las de los Estados Unidos y una política internacional que no olvidara a la isla, ayudarían a solucionar algunos problemas, pero la clave de la solución es responsabilidad del gobierno cubano. Se acabó el apoyo de la URSS y Venezuela y las autoridades cubanas siguen ancladas en un pasado que no resuelve el presente de sus habitantes y no está en disposición de arreglar su futuro.

Con la eliminación del peso cubano convertible, la macroeconomía cubana ha clarificado sus datos, pero no ha significado utilidad para el cubano que cobra su salario en pesos cubanos. Un trabajador de la enseñanza que cobra 3.000 pesos cubanos (unos 30 dólares al cambio real) se encuentra con que un litro de aceite cuesta entre 600 y 700 pesos y un litro de leche en polvo (se pueden preparar 10 litros de leche líquida) puede costar 2.000 pesos. La industria azucarera prácticamente ha muerto y Cuba importa azúcar para el consumo interno y el sector energético acumula errores de gestión y han vuelto los apagones de los noventa.

No es fácil sobrevivir en Cuba para un asalariado. Las tiendas solo aceptan tarjetas garantizadas por dólares o euros desde el extranjero. ¿Cómo sobrevive el cubano medio? Pues 'resolviendo', trapicheando en la calle, buscando la propina del turista, esperando el paquete o la remesa del familiar residente en el extranjero.

Desde la caída de la Unión Soviética, la economía cubana está controlada en una buena parte por las Fuerzas Armadas, a través del conglomerado Grupo Administración Empresarial, SA (GAESA), desde donde se fiscaliza la economía con particular atención al turismo, al ingreso de divisas y a lo relacionado con importaciones y exportaciones, a través de diferentes compañías presentes en distintos países. GAESA controla el 70% de la economía nacional y el 95% de las finanzas. Controla los sectores económicos más productivos, las telecomunicaciones, incluido el control de la telefonía móvil con lo que ello supone en un régimen con fuerte control de la vida civil. Invertir hoy en Cuba es un ejercicio de riesgo.

Parecía que en 2021 el caimán comenzaba a despertar, pero la represión y las urgencias acallaron las protestas y alguien recordó el 'maleconazo' de 1994, cuando Fidel Castro aprovechó para silenciar toda disidencia callejera. Cuba no está presente en las prioridades de la política internacional y hoy es un viejo caimán sin barba a la deriva. Donde Cuba sigue estando muy presente, afortunadamente, es en la literatura.