Secciones
Servicios
Destacamos
Para los socialdemócratas, los viejos liberales (no los de cartón/piedra) y para algún cristiano demócrata desubicado, el resultado electoral en España del 23 de julio es una esperanza, ahora que la derecha política piensa en Europa con una normalizada extrema derecha después de lo ... visto en Italia, Suecia, Hungría o Finlandia. Feijóo se someterá a la investidura, pero la toxicidad de su entrega a Vox le impedirá obtener los votos para ser presidente del Gobierno de España y volverá a llorar por las esquinas.
Cuando sentimos que el sistema público de salud necesita apoyos para superar sus dificultades o comprobamos que la tendencia de la derecha conservadora es privatizar la enseñanza a todos sus niveles o analizamos la fiscalidad y el impacto de la protección social en las cuentas públicas… lo correcto es analizar qué políticas defienden mejor el Estado de Bienestar. La protección social y la igualdad son valores vinculados a la tradición socialdemócrata, como están vinculados a las políticas progresistas la revolución tecnológica o el ecologismo. Y desde esas políticas públicas ofrecer a ciudadanos y empresas un marco de estabilidad, seguridad tranquilidad y confianza.
Al cumplir cierta edad y analizar el horizonte vital con más calma, veo comportamientos y leo comentarios de personas a las que suponía sensatas y me pregunto qué hemos hecho para que los bulos, las mentiras y los mensajes simplistas calen en sectores de población; qué hemos hecho para que existan dudas de cómo enseñar pasajes de nuestra historia y se quiera confundir un golpe de estado militar con desavenencias familiares de nuestros padres o abuelos; qué hemos hecho para que no se valore la igualdad; qué hemos hecho para que no se respeten los espacios públicos, se desprecien los derechos cívicos o trate de imponerse el odio al discrepante.
No son momentos de callar y soportar tonterías y recuerdo a Cernuda cuando decía: «Recuérdalo tú y recuérdalo a otros». Se podrán derogar leyes llamadas de la memoria, pero no se podrá destruir la historia y sus recuerdos. Como otros hijos de vencedores y vencidos de nuestra incivil guerra, lo aprendí leyendo y reflexionando sobre nuestro país.
Me niego a olvidar cómo la derecha ha instrumentalizado el dolor y banalizado el terrorismo con el grito indigno y cruel de 'que te vote Txapote'. Es grave que dirigentes del PP aspirantes a liderar políticamente el país y algunas víctimas del terrorismo aplaudan ese grito. Me produjo una inmensa tristeza que María del Mar Blanco, hermana del asesinado por Francisco Javier García Gaztelu 'Txapote', dijera en Ermua que la última legislatura «será recordada como una legislatura infame, en la que Bildu ha salido triunfante mientras las víctimas hemos quedado humilladas». ¿Era consciente esta señora de lo que decía? Aquel día de julio de 1997 fui de los que salieron a la calle pidiendo la liberación de su hermano y lloré cuando nos llegó la noticia de que había sido asesinado.
'Que te vote Txapote', gritaban los seguidores de Feijóo. El PP guardó silencio y convirtió a un asesino en icono de su campaña. Feijóo comprendió el grito soez y se hizo cómplice de la náusea. Lo recordaré siempre.
Nadie ha pensado en Otegui como vicepresidente del gobierno, pero mucha gente sí ha imaginado a Abascal con ese cargo, y se ha asustado. Causaba tristeza escuchar a Feijóo diciendo que lo que se decidía en las urnas era 'Sánchez o España', como si España fuera un patrimonio exclusivo de la derecha que él lidera.
Los pactos del PP y Vox y los programas que han firmado, avanzan lo que pudiera ser un gobierno nacional de coalición entre ambos. Han fallado algunos pronósticos amigos, pero ha ganado el sentido común de la ciudadanía que ha derrotado a la ficción que vive ajena a la realidad. Y, aunque nunca se sabe, la sociedad española de momento no está dispuesta a retroceder en derechos individuales y conquistas sociales.
En la estrategia deslegitimadora utilizada por la presidenta de Madrid, Feijóo planteó las elecciones como un plebiscito contra al gobierno progresista de coalición y perdió ese plebiscito frente a Sánchez. A la vista de su discurso y de los pactos firmados con Vox, no parece que el PP haya entendido bien el resultado del pasado 23 de julio.
Algún día la derecha española entenderá que no se puede gobernar España sin presencia significativa en Cataluña y el País Vasco. En Cataluña ha ganado el Partido Socialista reconociéndose las políticas de apaciguamiento pactadas. De 48 escaños, Vox obtenía 2 y el PP ha pasado de 2 a 6. En Euskadi, el Partido Socialista ha ganado las elecciones; Bildu presiona al PNV por la hegemonía nacionalista (lo que hará reflexionar el histórico nacionalismo vasco); Vox no logra escaño alguno y el PP 2 de 18, uno en Álava y otro en Vizcaya.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.