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Mi rincón de incertidumbres

Trabajo y pobreza

Miércoles, 24 de abril 2024, 08:20

Los caminos hacia la pobreza son imprevisibles. Cuando niño pude observar, tras el anonimato de unas cortinas, al exmarido de mi tía abuela Julia pulsando el timbre de la puerta de su antigua vivienda familiar de Villanueva, situada frente a la mía. Como nadie le ... abriera, se sentó a liar un cigarrillo en uno de los escalones que trepaban hasta el portal de la casa. Llevaba el pantalón ceñido con una cuerda, la americana arruinada por mil intemperies, el sombrero de fieltro deslustrado, y la barba larga y blanca como la de los mendigos de las ilustraciones de mis libros infantiles. Cargaba un saco a la espalda para guardar los productos que le donaba la gente caritativa, pues eran tiempos de dificultades monetarias. Julia permaneció oculta, avergonzada sin duda por el qué dirán, pero sin apiadarse de aquel hombre, antaño su esposo, que destrozó su vida con el vicio del juego. Pobre de solemnidad, venía de Santander. Sin obtener nada, regresó a la capital.

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